jueves, 24 de marzo de 2011

"AQUI Y AHORA" Rebeldía Juvenil. Dolor de Cabeza para los padres.

“Aquí y Ahora”

Chirinos, Eneida.


            Rebeldía Juvenil. Dolor de Cabeza para los padres.

     La rebeldía, es una forma típica de desafiar y desobedecer las normas, consideradas injustas e inapropiadas, este comportamiento en la mayoría de las veces, va acompañada de expresiones gestuales y verbales, que incomodan a las personas que tienen que “tolerar” estas actitudes propias de los adolescentes. Si bien es cierto, la rigidez en el cumplimiento de las normas, puede ser la causa de la rebeldía, valdría la pena revisar que tanta flexibilidad y comprensión podemos tener con las pautas que decretamos a los jóvenes, es importante destacar que lo que desafían  es la autoridad, la forma de imponer las normas, considerando la premisa fundamental de la libertad de pensamiento y de actuar. Es común la siguiente expresión “-¡ Mis padres me tienen sometido!” Y es que realmente en muchas ocasiones, no dejamos que nuestros hijos actúen, siempre vamos un paso delante de lo que hacen y piensan, olvidando que son seres humanos que piensan, sienten y tienen sus expectativas, intereses y convicciones propias, susceptibles al igual que nosotros, a las equivocaciones y porque no también a aprender de sus errores. Como padres, estamos en la obligación de conversar con nuestros hijos, sin enojos, ni maltrato tratando de explicar y detallar con ejemplos resaltando los aspectos positivos y negativos, cuando presentimos o estamos en presencia de una situación de riesgo, para ello es fundamental generar y mantener un diálogo abierto a diario, siendo amigos y “compinches” de nuestros hijos, en el buen sentido de la palabra, dándole la oportunidad de expresarse abiertamente, que no sólo sienta que se le llama al banquillo de los acusados, para someterlo a rigurosos interrogatorios, y declararlo culpable, sin derecho a defenderse. Lo más importante es escuchar, atentamente, sin mala cara, ni gestos de desaprobación o duda, por el contrario afiánzate a la confianza que le tienes, demuéstrale el afecto que le profesas, que realmente te importa y que juntos pueden resolver cualquier situación y enfrentar los obstáculos para vencerlos.
Sin duda alguna, cuando se rompe esta relación armónica que debe existir entre padres e hijos, usualmente porque estamos muy ocupados con la televisión, los amigos, o quizás trabajamos mucho, y ellos cometen errores o una falta, las actuaciones más frecuentes son los gritos, la represión y hasta en muchos casos, después de la amenaza, el castigo corporal, creando ese resentimiento que lo lleva a “rebelarse” -¡total si nadie lo escucha, a quién le puede importar lo que haga o lo que deje de hacer!. Entonces, comienza la actitud grosera y desafiante, siempre está de mal humor, todo le molesta, comienza a agredir y hasta a criticarte, faltándole el respeto a todos los miembros de la familia, sin distinción de edad ni parentesco y busca lamentablemente refugio, en la esquina con los “amigotes” que  escuchen su desgracia, al ser incomprendido por sus padres, convirtiéndose en presa fácil de manipular e inducirlo a un destino devastador. La rebeldía en este punto se convierte para los padres en una situación irregular y hasta incontrolable y para los hijos en el éxtasis pleno de la libertad, sin restricciones, ni limitaciones “haciendo y deshaciendo”. ¿Y eso es lo que queremos? Hay tantos niños y jóvenes en la calle, rebeldes sin causa, que desgastan su vida a diario, marchitando las esperanzas de sus seres queridos, que anhelan un cambio favorable, que los enrumbe hacia una vida fructífera y de provecho, pienso que la rebeldía se combate con una dosis extrema de amor, en la que los besos y el amor alivien las penas y conflictos, que nos atormentan, incluye en tu agenda 1. - Conversar con mis hijos tres veces al día. 2. - Cada vez que respires da gracias a Dios por tenerlos. 3. - Perdona y bendícelos aunque estés enojado. 4. - No conviertas sus faltas, en temas de conversación, cuando estas con tus amigos. 5. - Escucha, suspira diez veces y reflexiona antes de reprimir, Tal vez... no haga falta regañar y frustrar a tus hijos. No lo conviertas en otro rebelde.








Acarigua, 12 de Septiembre de 2005.

"AQUI Y AHORA" Campo de Carabobo. Monumento de Héroes. Patrimonio Artístico Cultural de Venezuela.


“Aquí y Ahora”

Chirinos, Eneida.


Campo de Carabobo. Monumento de Héroes. Patrimonio Artístico Cultural de Venezuela.

     El 23 de julio de 1821, a casi un mes del triunfo de los patriotas en Carabobo, el Congreso General de la República (integrada en aquellos años por las provincias de Venezuela, Nueva Granada y Ecuador), decreta se erija en el lugar de la batalla un monumento donde se rinda homenaje a los héroes. El mandato, tal como lo solicitó el Congreso, no llegó a cumplirse. En 1886 sólo existía en el lugar una columna de madera torneada. En 1887 el Gobierno de Venezuela ordena la creación de un monumento basándose en el decreto de 1821, pero éste no fue colocado en el Campo de Carabobo, sino en la Plaza Mayor de Valencia el 24 de julio de 1889, donde permanece. A partir de entonces la plaza comienza a llamarse Plaza de Bolívar, ya que la columna está rematada con una estatua del Libertador. En marzo de 1901 se inaugura en el Campo un monumento que consistía en una columna de mármol, de orden toscano, de 9 metros de altura; la cual se mantuvo hasta la construcción del Arco de Triunfo en 1921.
     Otra obra concebida para este lugar fue el Monumento a Carabobo, también conocida como La India del Paraíso, ubicado actualmente en la confluencia de las avenidas Páez y La Paz, en El Paraíso, Caracas. La ejecución de esta obra había sido decretada por Cipriano Castro, el 5 de julio de 1904 y se le encargó al escultor venezolano Eloy Palacios; pero no se instaló en el sito para el que fue creada.
EL ARCO DE TRIUNFO:
Fue diseñado por Alejandro Chataing y Ricardo Razetti y construido por Razetti y Manuel Vicente Hernández. Se inauguró el 24 de junio de 1921, en conmemoración del primer centenario de la Batalla de Carabobo. Alcanza una altura de 26 metros.
Las esculturas y relieves fueron creados por Lorenzo González, excepto el busto que simboliza la República, situado en la parte superior, obra de Pedro Basalo. En la cúspide de las columnas están las alegorías de la Paz, a la izquierda y la Victoria, a la derecha. En el medallón central, por un lado está un relieve de Simón Bolívar, el gran estratega del triunfo, y por otro el de José Antonio Páez, héroe indiscutible de Carabobo.
     Las bases de las columnas están decoradas con relieves que hacen alusión a dos fechas: 1821y1921. Los de1821 se refieren a momentos importantes del enfrentamiento, en uno Simón Bolívar en el cerro Buenavista y en otro, Páez y Pedro Camejo.
Los de 1921 son alegorías de los tiempos de Juan Vicente Gómez: los problemas de la guerra y las secuelas de la miseria, el otro simboliza la paz, el trabajo, la agricultura y la industria en tiempos de paz. Seguidamente, el
ALTAR DE LA PATRIA: Fue diseñado por Antonio Rodríguez del Villar, escultor español designado por el Gobierno venezolano en 1929 para la creación de un nuevo monumento con motivo de la conmemoración del primer centenario de la muerte del Libertador. Se inaugura el 18 de diciembre de 1931, un año después de lo previsto, en una solemne ceremonia presidida por Juan Vicente Gómez. Esta obra está compuesta por tres cuerpos: el principal, al centro, de mayor tamaño y dos cuerpos menores situados a los lados y delante; estableciendo una relación armónica con el Arco, construido diez años antes. El monumento está levantado sobre piedras traídas del sitio histórico de La Puerta, Estado Guárico, como símbolo del sacrificio y la constancia de los patriotas, quienes fueron derrotados tres veces en ese lugar. Todos los pedestales están cubiertos con placas de granito rojo, de Bavento, Italia y las figuras y relieves son de bronce.
      El cuerpo principal está presidido por la figura de Simón Bolívar a caballo en actitud triunfal, acompañado por las figuras alegóricas de la Gloria y del Genio. Bolívar cabalga sobre un grupo de vencidos. A su derecha, un poco más abajo, están las figuras ecuestres de Manuel Cedeño y Ambrosio Plaza y a su izquierda José Antonio Páez y Santiago Mariño. Cuatro figuras alegóricas escoltan a este grupo de héroes y rinden homenaje a los triunfadores de Carabobo. Ellas son: a la derecha del Libertador: el Heraldo de la Gloria, a caballo y la alegoría de la Independencia; a su izquierda: el Heraldo de la Victoria, también a caballo y la alegoría de la República. Estas cuatro esculturas así como los relieves laterales que ilustran momentos del combate fueron realizados por los escultores italianos A. Malavolti y Ugo Conventi, bajo la responsabilidad del taller de Roversi, quien se encargó de concluir el monumento en 1936.En el centro del pedestal principal, situado debajo del Libertador, están un grupo alegórico que representa los grupos integrantes de la nacionalidad, conocido como Alegoría de las Razas. Por un lado Europa y por el otro América y en el centro el hombre nuevo que surge del mestizaje. En los extremos de este cuerpo principal, junto a los heraldos, hay sendos altorrelieves indicando la hora del comienzo y fin de la batalla.
     Otro de los monumentos que encontramos, son las PIRÁMIDES ALEGÓRICAS DE ESPAÑA Y VENEZUELA: Estas obras fueron diseñadas y esculpidas por Rodríguez del Villar. Forman parte del conjunto del monumento inaugurado en 1931. Son dos formas piramidales separadas, situadas a ambos lados del eje principal, entre el Arco de Triunfo y el cuerpo central. Son alegorías de las dos naciones en pugna: España y Venezuela, representadas como países soberanos e iguales. Las dos alegorías son similares. Tienen una figura central custodiada por dos leones, los escudos de ambas naciones, realizados en mosaico veneciano y en el vértice de la pirámide un gran cóndor con las alas desplegadas. Se diferencian únicamente por lo que lleva en la cabeza la figura central, la de Venezuela el gorro frigio, símbolo de libertad, la de España la corona real:
     Así también, la AVENIDA DE LOS HÉROES: En 1936 se hacen transformaciones en todo el conjunto monumental. Se remodela la avenida principal y los jardines internos, se construyen nuevos jardines en los alrededores y se concluyen algunas obras pendientes. A los lados de la avenida principal en dirección al Arco se colocan 16 bustos de bronce en homenaje a los próceres que lucharon junto al Libertador por el triunfo de Carabobo. Ellos son: en la fila norte: el teniente Pedro Camejo (Negro Primero), el teniente coronel Diego Ibarra, los coroneles Juan José Rondón, Antonio Rangel, Bartolomé Salom, Pedro Briceño Méndez y los generales Rafael Urdaneta y Manuel Cedeño; en la fila sur: el general José Antonio Páez, los coroneles Ambrosio Plaza, José Francisco Bermúdez, el general Santiago Mariño y los coroneles Thomas Ferriar, José Cornelio Muñoz, Manuel Manrique y Miguel Antonio Vásquez. TUMBA AL SOLDADO DESCONOCIDO Y LÁMPARA VOTIVA: La Tumba al Soldado Desconocido se inauguró en 1936 y se colocó debajo del Arco de Triunfo. A un lado tiene una lámpara votiva que permanece siempre encendida como ofrenda sagrada a todos los soldados, héroes anónimos, que lucharon en Carabobo y en las guerras libertadoras de América. En la tumba también se enterraron los restos de soldados caídos en la Batalla de Ayacucho, exhumados del propio lugar donde se libró la batalla que selló la independencia suramericana. Junto a esta tumba, soldados vestidos a la usanza de 1821, pertenecientes a la Compañía de Honor 24 de junio, rinden guardia de honor permanente.
     Otra obra artística, de singular importancia, es el MONUMENTO AL SOLDADO VENEZOLANO, realizada por el escultor Hugo Daini. Se decretó su construcción en 1968 y fue inaugurado por el Presidente de la República el 24 de junio de 1971, en conmemoración de los 150 años de la Batalla de Carabobo. Esta ubicada al inicio del área monumental y fue erigida como monumento simbólico al soldado venezolano, representativo de la noble e importante misión de los militares. Es un grupo escultórico compuesto por 8 soldados que marchan portando y escoltando las banderas de Venezuela y de la Comandancia General del Ejército. Las figuras son de bronce y miden un poco más de 3 m. de altura. Finalmente tenemos LOS MEDALLONES DE LOS PRÓCERES: Realizados en barro cocido diseñadas por el escultor venezolano Adolfo Estopiñán y posteriormente copiadas en bronce. Son obras en relieve de 16 oficiales que tuvieron participación destacada en la Batalla de Carabobo. Ellos son: los generales Daniel Florencio O'Leary, Juan Uslar, Judas Tadeo Piñango, Juan José Flores, José Ignacio Pulido, Arthur Sandes, José Gabriel Lugo, Charles Minchin, José Justo Briceño, Juan Guillermo Iribarren, Carlos Luis Castelli, José Ribeiro de Abreu y Lima, y los coroneles Fernando Figueredo, José Francisco Aramendi, Juan Ramón Burgos y Francisco José Torres Arriechi. Con esta representación se le rinde un merecido homenaje a estos patriotas. Estos medallones miden 30 cm, y están ubicados en las barandas de la tribuna presidencial.
   Es así como Campo Carabobo, es uno de los monumentos, que enaltecen el gentilicio venezolano, en él se plasma la gallardía y valentía de los hombres, que lucharon fervorosamente por lograr la tan anhelada libertad, en esta sabana, la sangre derramada por los patriotas, dio paso a una Venezuela libre, para amarla, tal y como éstos próceres de la independencia, lo hicieron. Recordemos pues estas frases: ¡Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó! ¡ Viva Venezuela mi patria querida, que la libertó mi hermano, Simón Bolívar!





"AQUI Y AHORA" ¡Vuelvan caras! ... Proyección política y militar del General José Antonio Páez.



“Aquí y Ahora”
Chirinos, Eneida.
¡Vuelvan caras! ... Proyección política y militar del General José Antonio Páez.
Para todos los portugueseños, Páez representa la gallardía y valentía de un llanero de pura sepa, y es que, su destreza con la lanza sobre el lomo de un caballo, lo hizo merecedor del calificativo "El Centauro de los llanos",  recordando la mitología griega, que esboza la figura de un ser viviente, mitad hombre y mitad caballo. Destacado estratega militar, General en Jefe de la Independencia de Venezuela. Presidente de la República en tres ocasiones. Se le conoció también como: "El León de Payara" y "El Taita".  Nació en Curpa, Estado Portuguesa, el 13 de Junio de 1790, Hijo de Juan Victorio Páez, funcionario del Estanco del tabaco y, María Violante Herrera. Desde muy temprana edad demostró su valentía, a los diecisiete años fue enviado por sus padres a entregar un dinero a un abogado en Cabudare, fue asaltado por tres facinerosos, en la montaña de Mayurupí se defendió, y uno de los ladrones falleció, este acontecimiento cambia la vida del joven, el cual tuvo que huir a los llanos, desempeñando labores de peón en el hato la Calzada del Estado Barinas, al mando de un capataz de origen africano de nombre Manuelote, quien lo obligaba a realizar faenas rudas. Luego se ganó el cariño del dueño del hato, Don Manuel Antonio Pulido y este le confió sus negocios ganaderos. Después trabajó, por cuenta propia con bastante provecho y contrajo matrimonio con Doña Dominga Ortiz, de una familia distinguida de la región. Comienza su vertiginosa carrera militar, al estallar el movimiento revolucionario de 1810, por sus proezas y dotes de estratega militar en 1816 Páez es ascendido a General de Brigada, y en 1819 a General de División, a la cabeza del ejército de Apure. En 1817 Expide un decreto especial para condecorar al Capitán Juan Guillermo Iribarren, quién contaba apenas con veinte años de edad, con un escudo de oro con el lema “Arrojo Asombroso” por su actuación en la Batalla de Banco Largo. Medalla única otorgada por el General José Antonio Páez, en la gesta emancipadora.  En esta oportunidad, orgulloso manifestó: “Sus prisioneros me sirvieron de base para fundar mi primer batallón de infantería que bauticé “Bravos de Páez”  base del famoso Batallón Vencedor de Boyacá”  Además, por esta valiente y heroica acción Iribarren, es ascendido por Simón Bolívar a Coronel vivo de caballería.
Un notable hecho, se suscitó, el 30 de Enero de 1818, en el hato Cañafístola, en el cual se entrevistó, el General de Brigada José Antonio Páez con el General en Jefe Simón Bolívar, que venía de Angostura con el ejército que ejecutaba la Campaña del Centro; este encuentro marca el comienzo de la unión de ambos jefes para la prosecución de las operaciones contra el ejército del general realista Pablo Morillo.  El 28 de abril de 1821, se iniciaron los preparativos de la Campaña de Carabobo. Páez salió de Achaguas el 10 de mayo, a la cabeza del ejército de Apure, para incorporarse en San Carlos (Estado Cojedes) al Ejército Libertador. El 24 de junio del mismo año se libró la Batalla de Carabobo, en la cual los realistas fueron derrotados y se consolidó la independencia de nuestro país. Páez comandaba la primera división, la que seguida de la segunda, dirigida por el general Manuel Cedeño, tuvo a su cargo la acción principal. Ese día fue ascendido a General en Jefe. En esta crucial Batalla, el Coronel Juan Guillermo Iribarren al frente de los Húsares, resplandeció su marcial bravura, al comisionársele perseguir hasta destruir todas las partidas enemigas que habían emprendido fuga hacia los llanos, operación que ejecutó con éxito, al respecto Bolívar en una carta  escrita al General Santander expresó “Nuestras tropas las dividí en el campo de batalla: á cortar á Tello, con el Comandante Heras y  con el Coronel Iribarren, á perseguir los dispersos en el llano. Esto último se habría logrado; lo primero no”
En abril de 1826 se inicia "La Cosiata", movimiento que tuvo como jefe indiscutible a Páez, y que rompió relaciones con el gobierno de Bogotá, planteando la separación de Venezuela de la Gran Colombia. El regreso de Bolívar desde el Perú, quien asumió en Bogotá la presidencia de la República, cortó por el momento el proceso separatista. Al salir Bolívar para Bogotá a mediados de 1827, Páez vio reforzada su posición en Venezuela y, sin enfrentarse abiertamente al Libertador, fue aumentando el poder real que ejercía como jefe superior y militar de los departamentos del norte, es decir, toda Venezuela. Renació entonces el sentimiento separatista, que finalmente en noviembre de 1829 desconoció la autoridad de Bolívar y de los órganos de Bogotá, entregando el poder a Páez, consumándose de esta manera la separación de Venezuela de la Gran Colombia.
El 24 de marzo de 1831 Páez, es electo presidente constitucional de Venezuela por 136 votos de los 158 sufragantes surgidos de las asambleas electorales. En este primer gobierno, lleva a cabo una labor organizadora del Estado, con medidas administrativas en materia de impuestos, inmigración, liberalización del crédito, educación, orden público, y asuntos internacionales. Durante este período, Páez enfrenta dos crisis: la resistencia a jurar la constitución por parte del Arzobispo de Caracas, Ramón Ignacio Méndez, que terminó con la expulsión de éste, y el alzamiento de los generales José Tadeo Monagas y José Gregorio Monagas (primero con el pretexto de restituir la Gran Colombia y luego en favor de la autonomía de un Estado Oriental) que fue contenido militarmente y concluyó con un convenio entre Páez y los jefes orientales. En 1835 entrega el poder a José María Vargas. En 1838 es electo para una segunda presidencia que asume el 1 de febrero de 1839. En este nuevo mandato sigue ocupándose de la educación, el crédito exterior, la deuda pública contraída por la antigua República de Colombia y estudia la posibilidad de traer los restos mortales del Libertador a Venezuela. En enero de 1843, es sustituido en la presidencia de la república por el General Carlos Soublette.
En Calabozo, el 4 de febrero de 1848 inicia Páez, un movimiento armado contra el gobierno conservador de José Tadeo Monagas. En la Batalla de Los Araguatos (10 de Marzo de 1848) es derrotado por José Cornelio Muñoz, emigrando a Nueva Granada, siguiendo a Santa Marta y de allí a Curazao. El 2 de julio de 1849 invade Venezuela por la Vela de Coro; ofensiva que concluye con su captura en Macapo. (Estado. Cojedes) por parte del general José Laurencio Silva, quien lo remite a Caracas. Monagas lo encarcela en el castillo de San Antonio de la Eminencia de Cumaná, donde lo visitan su esposa Dominga Ortiz y su hija; de allí sale el 23 de mayo de 1850 al destierro. Vuelve a Venezuela el 18 de diciembre de 1858 a solicitud del presidente Julián Castro y de la Convención de Valencia, para que se encargue del ejército y de la pacificación del país, convulsionado por el alzamiento de los promonaguistas, liberales y federalistas. Cuando estos últimos proclaman la Federación el 20 de febrero de 1859 en Coro, el gobierno central lo nombra jefe de operaciones en la Provincia de Carabobo; pero al no obtener las amplias facultades que exige, renuncia en abril, y opta por regresar a los Estados Unidos, país en el que había estado durante su destierro. A su regreso, sustituye a Pedro Gual como Jefe Supremo de la República, el 10 de septiembre de 1861. Todo el año 1862 y parte de 1863, conduce Páez la guerra contra los federalistas encabezados por Juan Crisóstomo Falcón. Finalmente el Tratado de Coche pone fin a las hostilidades en abril de 1863. Páez gobierna nominalmente en Caracas hasta mediados de junio; el 13 de agosto sale de Venezuela por tercera y última vez, estableciendo su residencia en los Estados Unidos, allí traduce del francés las máximas de Napoleón Bonaparte, sobre el arte de la guerra y escribe su autobiografía.
El 13 de julio de 1867, el gobierno de Venezuela le expide el diploma que lo acreditaba como Ilustre Prócer de la Independencia Suramericana. El 6 de mayo de 1873 muere en Nueva York. Sus restos fueron repatriados y sepultados en el Panteón Nacional, el 19 de abril de 1888.
Acarigua, 9 de Junio de 2005.