Asumiendo con responsabilidad los compromisos
10/12/2012 | 7:48 PM
(ENEIDA CHIRINOS) El compromiso, es un valor muy importante cuando buscamos el éxito y la plenitud. Con compromiso, me refiero a la firmeza inquebrantable por cumplir o hacer algo que nos hemos propuesto o que simplemente debemos hacer. Éste es justamente el valor que debe haber frente a tus sueños para que los puedas cumplir, porque si no te comprometes con tu éxito, jamás lo lograrás. El compromiso va mucho más allá de decir “está bien, lo haré”, es actuar en consecuencia, es planear el camino que seguirás para llegar a tu meta, es el enfoque en tus sueños y el trabajo constante hasta lograrlo. El valor del compromiso va más allá de cumplir con una obligación, es poner en juego nuestras capacidades para sacar adelante aquello que se nos ha confiado.
El hecho de aceptar finalmente un compromiso hace suponer que se conocen todos los aspectos, alcances y obligaciones que conlleva; la realidad en que creemos cumplir con aquello que a conciencia se nos ha encomendado: cumplimiento de horario de trabajo, obligaciones laborales, asistir a los compromisos académicos, profesionales, laborales y familiares. En realidad, estos son compromisos que deberíamos de cumplir voluntariamente los cuales nos hacen mejores trabajadores, hijos, estudiantes, padres y madres. Aún así hay personas que esperan exista un contrato, una promesa o una ineludible consecuencia para saber aceptar el compromiso.
Sin duda alguna, el compromiso es lo que trasforma una promesa en realidad, es la palabra que habla de valentía de nuestras intenciones, es la acción que habla más allá de las palabras, hacer tiempo cuando no lo hay, es cumplir con lo prometido cuando las circunstancias se ponen adversas para poder cambiar las cosas, es el triunfo diario sobre el escepticismo, es la base para procurar cualquier tipo de cambio. La clave de nuestros logros radica en la capacidad que poseemos en comprometernos a crear algo que no existía, hasta ese momento, lo único que puede producir cambios en una acción comprometida con un objetivo. A veces creemos que sólo podemos comprometernos, cuando un sentido común nos muestra lo que podemos crear más de lo mismo que tenemos y que no alcanza. El compromiso necesita darse en el territorio, de lo que no nos es posible todavía para que sea a través de él que podamos conseguir lo que todavía no tenemos.
Podemos decir que es un fenómeno universal, aunque para muchos sea sólo una palabra y transcurra de manera transparente su significado. El único lugar donde vive el compromiso es en el lenguaje que se manifiesta como una acción en nuestra manera de hablar y escribir. El compromiso está directamente relacionado con nuestra manera de estar en el mundo y de ser en el. Pensemos y reflexionemos, en aquellos compromisos que ineludiblemente son los más importantes-
Como Padre de Familia: los hijos necesitan que dediquen más de su tiempo para jugar, enseñar, convivir y, lo más importante, conversar. Parte del compromiso de ser padres no está sólo en los medios materiales, implica buscar la amistad de los hijos.
Como Hijos: además de la sinceridad, obediencia y la ayuda en el hogar, esfuerzo en los estudios, los padres necesitan cariño, comprensión, cuidados y pequeños servicios, los cuales no piden pero, sin embargo, estarían muy agradecidos de recibirlos.
Como Pareja: es indispensable el amor y la fidelidad como parte esencial del compromiso, la comunicación y las atenciones constantes con pequeños detalles que enriquecen la relación; no olvidemos que lo importante no es lo material, lo verdaderamente importante es el amor, un beso, una caricia, una flor o simplemente palabras dulces que hagan y halaguen su persona.
Como Amigos: recordemos que la amistad se cultiva y se fortalece tanto como cuidemos los pequeños detalles que la harán grandiosa; un saludo efusivo, una simple llamada telefónica, un correo electrónico o un simple detalle, tiempo para compartir juntos harán que esta amistad perdure mucho tiempo.
Como Ciudadanos: no ser indiferentes ante la situación del país sin hacer nada para combatirlo, se debe apoyar las campañas de prevención y programas que beneficien a todos, promover la seguridad, educación, deporte, recreación y salud. Sea un buen ciudadano, con sentido común, porque nada cambia, si tú no cambias.
Como trabajadores: la responsabilidad de cumplir de manera eficaz y eficiente con nuestras funciones, la puntualidad, el acatamiento a las normativas, practicar el auténtico ejercicio de compromiso institucional, con el sentido de pertenencia y la corresponsabilidad. Trabajar en equipo para solventar las contingencias, generar climas organizacionales óptimos que promuevan relaciones interpersonales asertivas.
Propongámonos a partir de mañana a asumir el COMPROMISO de ser mejores cada día, de aprovechar cada instante que nos da la vida, cada momento que nos ofrecen las personas que realmente nos quieren, sin dejar de recordar y cuidar todo aquello que nos hace ser felices, personas con principios fundamentales, responsables e íntegras. La reflexión final de este artículo “Yo soy responsable por algo que ocurrirá en el futuro, que no ocurrirá en ausencia de mi compromiso”, James Selmam. jemyrsch@gmail.com, @aquiyahoraech
El hecho de aceptar finalmente un compromiso hace suponer que se conocen todos los aspectos, alcances y obligaciones que conlleva; la realidad en que creemos cumplir con aquello que a conciencia se nos ha encomendado: cumplimiento de horario de trabajo, obligaciones laborales, asistir a los compromisos académicos, profesionales, laborales y familiares. En realidad, estos son compromisos que deberíamos de cumplir voluntariamente los cuales nos hacen mejores trabajadores, hijos, estudiantes, padres y madres. Aún así hay personas que esperan exista un contrato, una promesa o una ineludible consecuencia para saber aceptar el compromiso.
Sin duda alguna, el compromiso es lo que trasforma una promesa en realidad, es la palabra que habla de valentía de nuestras intenciones, es la acción que habla más allá de las palabras, hacer tiempo cuando no lo hay, es cumplir con lo prometido cuando las circunstancias se ponen adversas para poder cambiar las cosas, es el triunfo diario sobre el escepticismo, es la base para procurar cualquier tipo de cambio. La clave de nuestros logros radica en la capacidad que poseemos en comprometernos a crear algo que no existía, hasta ese momento, lo único que puede producir cambios en una acción comprometida con un objetivo. A veces creemos que sólo podemos comprometernos, cuando un sentido común nos muestra lo que podemos crear más de lo mismo que tenemos y que no alcanza. El compromiso necesita darse en el territorio, de lo que no nos es posible todavía para que sea a través de él que podamos conseguir lo que todavía no tenemos.
Podemos decir que es un fenómeno universal, aunque para muchos sea sólo una palabra y transcurra de manera transparente su significado. El único lugar donde vive el compromiso es en el lenguaje que se manifiesta como una acción en nuestra manera de hablar y escribir. El compromiso está directamente relacionado con nuestra manera de estar en el mundo y de ser en el. Pensemos y reflexionemos, en aquellos compromisos que ineludiblemente son los más importantes-
Como Padre de Familia: los hijos necesitan que dediquen más de su tiempo para jugar, enseñar, convivir y, lo más importante, conversar. Parte del compromiso de ser padres no está sólo en los medios materiales, implica buscar la amistad de los hijos.
Como Hijos: además de la sinceridad, obediencia y la ayuda en el hogar, esfuerzo en los estudios, los padres necesitan cariño, comprensión, cuidados y pequeños servicios, los cuales no piden pero, sin embargo, estarían muy agradecidos de recibirlos.
Como Pareja: es indispensable el amor y la fidelidad como parte esencial del compromiso, la comunicación y las atenciones constantes con pequeños detalles que enriquecen la relación; no olvidemos que lo importante no es lo material, lo verdaderamente importante es el amor, un beso, una caricia, una flor o simplemente palabras dulces que hagan y halaguen su persona.
Como Amigos: recordemos que la amistad se cultiva y se fortalece tanto como cuidemos los pequeños detalles que la harán grandiosa; un saludo efusivo, una simple llamada telefónica, un correo electrónico o un simple detalle, tiempo para compartir juntos harán que esta amistad perdure mucho tiempo.
Como Ciudadanos: no ser indiferentes ante la situación del país sin hacer nada para combatirlo, se debe apoyar las campañas de prevención y programas que beneficien a todos, promover la seguridad, educación, deporte, recreación y salud. Sea un buen ciudadano, con sentido común, porque nada cambia, si tú no cambias.
Como trabajadores: la responsabilidad de cumplir de manera eficaz y eficiente con nuestras funciones, la puntualidad, el acatamiento a las normativas, practicar el auténtico ejercicio de compromiso institucional, con el sentido de pertenencia y la corresponsabilidad. Trabajar en equipo para solventar las contingencias, generar climas organizacionales óptimos que promuevan relaciones interpersonales asertivas.
Propongámonos a partir de mañana a asumir el COMPROMISO de ser mejores cada día, de aprovechar cada instante que nos da la vida, cada momento que nos ofrecen las personas que realmente nos quieren, sin dejar de recordar y cuidar todo aquello que nos hace ser felices, personas con principios fundamentales, responsables e íntegras. La reflexión final de este artículo “Yo soy responsable por algo que ocurrirá en el futuro, que no ocurrirá en ausencia de mi compromiso”, James Selmam. jemyrsch@gmail.com, @aquiyahoraech
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