domingo, 17 de marzo de 2013

Sinergia y capital humano. PUBLICACIÓN COLUMNA AQUÍ Y AHORA. Diario Ultima Hora. MIÉRCOLES 13 MARZO DE 2013.

PUBLICACIÓN COLUMNA AQUÍ Y AHORA. MIÉRCOLES 13 MARZO DE 2013.

Sinergia y capital humano
12/03/2013 | 7:15 PM
(ENEIDA CHIRINOS) 

El sinergismo hace referencia a asociaciones que se refuerzan mutuamente. De ahí que todo proceso sinérgico produzca resultados cualitativamente superiores a la suma de actuaciones aisladas e individuales. Es por ello que la forma más importante de capital que se encuentra en el seno de toda comunidad es el capital sinérgico, o sea "la capacidad social o, mejor, la capacidad societal como expresión más totalizante de promover acciones en conjunto dirigidas a fines colectiva y democráticamente aceptados" (Sergio Boisier, ILPES, 1998).

El capital sinérgico potencia y articula todas las demás formas colectivas de capital de una sociedad (capital institucional, capital social, capital cívico, capital cultural, capital humano, entre otros), para generar un "sendero de desarrollo", a saber, "la paz como la base fundamental, la economía como factor del progreso, el medio ambiente como base de la sostenibilidad, la justicia como pilar de la sociedad y la democracia como buen gobierno" (Naciones Unidas, 1994). Y este sendero de desarrollo sólo lo conseguimos con la unidad y la acción colectiva.

El capital humano es el conocimiento que posee cada individuo. A medida que el individuo incremente sus conocimientos crecerá su capital humano. Sobre la base de todo capital humano se encuentran las actitudes, en ellas se ven las conductas de las personas y como toda conducta se puede modificar; está demás decir que es la tarea más difícil de modificar, ya que entran a jugar un papel importante el mundo interno de los recursos humanos. La actitud de las personas forma parte del mundo interno de los sujetos. El mundo externo es un fiel reflejo de lo que sucede en nuestro mundo interno, por lo tanto, si queremos modificar el mundo externo antes debemos modificar el mundo interno. Por este motivo, las actitudes de las personas tienen mucho de aspectos internos y es por ello que las colocamos en la base de la pirámide del capital humano.

La actitud correcta es el primer paso. Los empleados con mayor desempeño y ascenso en las compañías, lo logran no solo por tener conocimientos únicos e indispensables (alto capital humano), sino que ese es el resultado de haber adoptado y tenido una actitud correcta con relación al entorno. En un artículo publicado por la revista CIO, Megan Santosus, se dice que dado que es difícil, no solo encontrar a las personas sino mantenerlas, las compañías no pueden promover empleados a roles gerenciales y mantenerlos en un freezer. En particular, las empresas deben proveer a los recientemente arribados con habilidades "soft", comunicación interpersonal, trabajo en equipo y las demás actitudes necesarias para ser exitosos en sus nuevos roles. Las actitudes son soft, es decir blandas, intocables e intangibles, pero no dejan de ser imperceptibles, de lo contrario no tendrían importancia. No podemos tocar las proactividad de un empleado, pero si constantemente toma la iniciativa, percibimos que es proactivo. Las ganas de un gerente de Recursos Humanos por transmitir a sus subordinados todo el conocimiento posible, el deseo ardiente de un empleado de depósito por aprender nuevas habilidades permanentemente y la predisposición de los empleados de atención al público por atender bien a los clientes, son actitudes que marcan la diferencia.

Las ganas, el deseo, la predisposición, entre otros, son competencias inherentes a las personas y configuran nuestra manera de actuar frente al trabajo, es por este motivo que las ubicamos en la base del capital humano. De nada servirá inculcar nuevas habilidades a los empleados, si no poseen la actitud correcta (no están predispuesto desde su mundo interno para tomarlas), ni mucho menos generarles un compromiso con la gestión del conocimiento. Porque, sin duda, más que sepan operar un sistema o manejar la i, si no tienen actitud positiva, no se puede esperar que depositen sus conocimientos en la Intranet de la compañía.

En el segundo escalón de la pirámide del capital humano se encuentran las aptitudes. Las aptitudes están compuestas en su mayor parte por habilidades, técnicas y demás conocimientos que se demuestren explícita o tácitamente por las personas. En las aptitudes se evidencian las técnicas y las destrezas de las personas, como cualquier otra habilidad se puede mejorar, perfeccionar, evolucionar, actualizar, desarrollar y potenciar, de manera que si los recursos humanos tienen la actitud correcta, pero no tienen la aptitud necesaria, la pueden incorporar mediante la adquisición de conocimientos. Si fuera al revés, por más que desarrollemos aptitudes en la gente, si las personas no posen la actitud correcta, es como verter agua en un vaso roto. En primera instancia la persona debe tener el deseo de obtener, dar o compartir conocimientos (actitud), luego la tarea es decidir cuál conocimiento y mediante qué proceso se desarrollaran esas habilidades aprendidas (aptitudes). La relación que tenga el capital humano con respecto al mercado es una forma de mantenerlo elevado. Mientras más estrecha sea la relación, menor distancia habrá. Hoy día las empresas le están dando un significativo valor a la relación de los empelados con el mercado, se ve manifiesto con las reorganizaciones empresariales donde se ha producido un giro en la pirámide jerárquica, dándole importancia a la gente que está en contacto con el cliente quien es en verdad el jefe. La reflexión para este artículo. “Cada ser humano tiene, dentro de sí, algo mucho más importante que él mismo: su don” Paulo Coelho.

jemyrsch@gmail.com
@aquiyahoraech

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