sábado, 19 de enero de 2013

Las barreras a la autenticidad (I) PUBLICACIÓN COLUMNA AQUÍ Y AHORA. DIARIO ULTIMA HORA. 16-01-2013


Las barreras a la autenticidad (I)
15/01/2013 | 7:15 PM
(ENEIDA CHIRINOS) Hay varios factores que pueden dificultar el desarrollo de la autenticidad personal, estos incluyen el condicionamiento anterior, el miedo al rechazo y al fracaso, presiones sociales para adaptarse y por lo tanto vivir de forma no auténtica, y la falta de comprensión del concepto de autenticidad. Otras razones para no ser auténtico incluyen el deseo de evitar conflictos con los otros, incluyendo hacer daño a los demás o que le hagan daño a uno, así como evitar admitir los propios defectos. En algunas situaciones, la necesidad de colaboración constructiva con los demás, puede requerir algo de adaptación y, por lo tanto, dificultar la autenticidad. En esos casos, las personas intentan mostrar su mejor cara y expresar lo que se espera de ellos, para ser percibidos de forma favorable. En gran medida, todos esos factores impulsan y limitan los pensamientos, percepciones, sentimientos y elecciones diarias de cada uno.

A pesar de las ilimitadas posibilidades que se abren a los humanos durante sus vidas, las opciones prácticas disponibles para cada uno están limitadas por varias circunstancias relacionadas con su ambiente, cultura, educación, capacidades, genética o simplemente el estar en el sitio adecuado en el momento adecuado. Durante toda nuestra vida se nos programa para adaptarnos a nuestro ambiente, sociedad y cultura, así que en gran medida nuestro ambiente de hecho define quiénes somos. Se nos dice que esa adaptación es esencial para la cohesión social y para impulsar un sentimiento de comunidad. Esas presiones sociales inhiben el volverse auténtico, ya que de rechazarlas se puede acabar en el aislamiento social. El proceso de examinarse a uno mismo puede ser también desafiante y agotador, ya que puede poner al descubierto algunas características personales indeseables que requieran cambios.

Durante la mayor parte del tiempo en que se es consciente, la mente humana se preocupa de la vida diaria. Está en conflicto perpetuo debido al recuerdo de sucesos dolorosos, al miedo, a la soledad, a la lucha por la comodidad y la seguridad, a los esfuerzos fútiles, las ilusiones y las decepciones. Es difícil ser consciente de la propia autenticidad y perseguirla durante periodos largos de tiempo; siempre hay distracciones y obstáculos. La lucha por la supervivencia suele tener prioridad sobre otras metas para la mayoría de gente, durante la mayor parte del tiempo. A lo largo de la vida, muchos sucesos y circunstancias escapan a nuestro control. En la mayoría de casos, lo mejor que uno puede hacer es escoger una respuesta apropiada, esa elección puede que indique al fin y al cabo hasta dónde llega la propia autenticidad.

Es importante pensar sobre algunos aspectos de la naturaleza humana que pueden dificultar la búsqueda de la autenticidad personal. Los rasgos humanos más preocupantes incluyen el auto-engaño, el asumir que las cosas saldrán bien y varios sesgos cognitivos. Eso se complica aún más a causa de la tendencia de la mente humana a construir su propia realidad ilusoria. Otro concepto relevante a la autenticidad personal es el de racionalidad acotada, que se refiere a las elecciones racionales hechas en la presencia de limitaciones en el tiempo, en el conocimiento y en la capacidad cognitiva. Este concepto señala que las decisiones enteramente racionales no son siempre posibles, debido a las limitadas habilidades humanas a la hora de analizar problemas complejos.

Los límites de la percepción humana, el pensamiento y el conocimiento de uno mismo, son unas de las principales barreras a la autenticidad personal. La realidad humana está basada en percepciones, sistemas de creencias, conocimiento, ideas preconcebidas, experiencias y sentimientos. Los límites impuestos a nuestros sentidos y conocimiento, permiten la percepción de solo una pequeña porción de la realidad; y como todos esos atributos son diferentes para cada uno, la realidad es también diferente para cada persona. Uno puede que nunca llegue al conocimiento completo de uno mismo, que es constantemente definido y refinado a base de nueva comprensión, enmarcada en el mundo exterior e influida por sus requerimientos. En este contexto, ligarse demasiado a una imagen rígida de uno mismo inhibe el continuo refinamiento del conocimiento del yo.

La existencia humana está limitada a un pequeño conjunto de posibilidades. Somos incapaces de saber cuánto abarca nuestra ignorancia o cuánto queda por entender o descubrir. Superpuestos a esto hay diferentes límites a la comprensión del universo y el hecho de que, en términos específicos, no sabemos lo que no sabemos, y que nuestro conocimiento y razonamientos son siempre parciales. Eso implica el dilema de cómo reconciliarnos con la presencia de un problema perpetuo, al intentar abarcar el todo con nuestras limitaciones y comprensión parcial que parecen determinar nuestra percepción instantánea del universo y de nosotros mismos. Las percepciones e interpretaciones objetivas son inalcanzables. La comunicación auténtica es contingente a la capacidad del individuo para reconocer lo que es verdadero para él mismo, y en la adecuación del lenguaje para expresar sus verdaderos pensamientos, opiniones y sentimientos.

En este contexto, es importante recordar que hay límites inherentes al lenguaje, la interpretación y la expresión, que básicamente constriñen las relaciones auténticas con los otros. Así pues, en muchas comunicaciones personales no está siempre claro si la autenticidad, o la falta de ella, la misma está relacionada con las circunstancias, con el uso adecuado o inadecuado del lenguaje, el tema, o los participantes y sus percepciones e interpretaciones. Eso se complica aún más con la posibilidad de que el lenguaje pueda influir en los pensamientos y afectar a la percepción. La Reflexión para este artículo “La única forma de protagonizar tu propia vida es atreviéndote a vivirla”. jemyrsch@gmail.com, @aquiyahoraech

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