miércoles, 9 de enero de 2013

REGALANDO… TRADICIONES Y CULTURA. San Benito de Palermo Un Santo con sabor Venezolano

REGALANDO… TRADICIONES Y CULTURA.
San Benito de Palermo
Un Santo con sabor Venezolano

El 27 de diciembre es la celebración más importante dedicada al “Santo Negro”. Sin embargo, hay otras fechas de celebración como el 29 de diciembre en Los Andes venezolanos, el 1 de enero en Bobures y el 6 de enero en Gibraltar o Cabimas, entre otras, que tienen gran importancia religiosa y social.

El culto a San Benito de Palermo se caracteriza por ser una de las manifestaciones culturales y religiosas más importantes de Venezuela, y que es seguida con mayor fervor en el estado Zulia. La devoción fue introducida durante el período colonial por parte los españoles quienes, en su afán de cristianizar los grupos indígenas y de esclavos negros africanos, recurrieron a personajes sagrados con los que estos pudieran identificarse plenamente y así abandonar sus ritos, creencias y costumbres ancestrales.

En el Sur del Lago de Maracaibo o Coquivacoa –porque abarca a casi todo el estado Zulia-, el culto se desarrolla y transforma con mayor ímpetu a partir del contacto de diversas culturas africanas: Ewe Fon, Efok, Kongo, Abakúa, Fom, Yoruba, entre otras, trasplantadas a esta región por el régimen esclavista (García, 2006). En estas inhumanas prácticas negreras, los esclavizados eran apartados de sus familias y hasta de sus coterráneos con la intención de aislarlos para lograr la dominación; sin embargo, pese a todos los intentos de dominación e imposiciones, lograron sembrar su riqueza cultural que aunada a la indígena, desarrollaron una de las expresiones socioculturales más ricas del país.
Los africanos, así como los indígenas locales, tenían sus propias culturas y creencias, lo que llevó a los colonizadores a establecer estrategias para acabar cualquier manifestación religiosa que no fuese la católica, por lo cual muchos hombres y mujeres fueron maltratados y hasta ajusticiados por resistirse a la cristianización. La Iglesia Católica decide entonces imponer la imagen de San Benito de Palermo, un “mulato” católico hijo de esclavos africanos, nacido en libertad por el beneficio que le otorgara el esclavista y dedicado en cuerpo y alma a Dios con el propósito de sustituir la deidad africana, conocida hoy con el nombre de Ajé (Dios de las Agua Azules)

Increíblemente, la imagen de Benito ha sido asumida por todas las comunidades descendientes de esclavos e indios, pero la misma, nunca dejó de ser venerada con toda la estética africana e indígena junto a la música de tambor, el baile que este desprende, la gastronomía y hasta la forma de elevar una plegaria.
Los chimbangles o chimbángueles, como se denomina durante la fiesta al vasallo del santo, conformado por hombres y mujeres que integran el “Gobierno del Chimbanguele”, son cargadores del Santo, ejecutantes de los tambores, bandereros, mandadores, entre otros, encargados también, de organizar y desarrollar todo lo relacionado con la celebración y el culto.
A diferencia de otras celebraciones religiosas, las fiestas de San Benito tienen un ambivalente compromiso con la formalidad de la iglesia católica, que otorga el permiso para la salida del Santo Negro, pero una vez que el Santo sale a la calle adquiere características distintas, donde se dan encuentros entre San Benito, el pueblo y el vasallo, y se reproducen en síntesis los roles aprendidos y transmitidos por las antiguas culturas indígenas y etnias africanas de diversas y desconocidas procedencias.

Durante todo el año podemos observar “movimiento sambenitero” en todo el país, exceptuando en época de cuaresma y en los “Chimbángueles de obligación”, que se celebran entre el primer domingo de octubre y hasta la víspera de la Purísima Inmaculada Concepción el 8 de diciembre de cada año según el santoral católico, donde San Benito guarda reposo espiritual con el propósito de prepararse para sus fiestas propias.

COMPILACIÓN CON FINES DIDÁCTICOS.
Dra. Chirinos Eneida. 2012 @aquiyahoraech



Foto: REGALANDO… TRADICIONES Y CULTURA.
San Benito de Palermo
Un Santo con sabor Venezolano

El 27 de diciembre es la celebración más importante dedicada al “Santo Negro”. Sin embargo, hay otras fechas de celebración como el 29 de diciembre en Los Andes venezolanos, el 1 de enero en Bobures y el 6 de enero en Gibraltar o Cabimas, entre otras, que tienen gran importancia religiosa y social.

El culto a San Benito de Palermo se caracteriza por ser una de las manifestaciones culturales y religiosas más importantes de Venezuela, y que es seguida con mayor fervor en el estado Zulia. La devoción fue introducida durante el período colonial por parte los españoles quienes, en su afán de cristianizar los grupos indígenas y de esclavos negros africanos, recurrieron a personajes sagrados con los que estos pudieran identificarse plenamente y así abandonar sus ritos, creencias y costumbres ancestrales.

En el Sur del Lago de Maracaibo o Coquivacoa –porque abarca a casi todo el estado Zulia-, el culto se desarrolla y transforma con mayor ímpetu a partir del contacto de diversas culturas africanas: Ewe Fon, Efok, Kongo, Abakúa, Fom, Yoruba, entre otras, trasplantadas a esta región por el régimen esclavista (García, 2006). En estas inhumanas prácticas negreras, los esclavizados eran apartados de sus familias y hasta de sus coterráneos con la intención de aislarlos para lograr la dominación; sin embargo, pese a todos los intentos de dominación e imposiciones, lograron sembrar  su riqueza cultural que aunada a la indígena, desarrollaron una de las expresiones socioculturales más ricas del país.
Los africanos, así como los indígenas locales, tenían sus propias culturas y creencias, lo que llevó a los colonizadores a establecer estrategias para acabar cualquier manifestación religiosa que no fuese la católica, por lo cual muchos hombres y mujeres fueron maltratados y hasta ajusticiados por resistirse a la cristianización. La Iglesia Católica decide entonces imponer la imagen de San Benito de Palermo, un “mulato” católico hijo de esclavos africanos, nacido en libertad por el beneficio que le otorgara el esclavista y dedicado en cuerpo y alma a Dios con el propósito de sustituir la deidad africana, conocida hoy con el nombre de Ajé (Dios de las Agua Azules)

Increíblemente, la imagen de Benito ha sido asumida por todas  las comunidades descendientes de esclavos e indios, pero la misma, nunca dejó de ser venerada con toda la estética africana e indígena junto a la música de tambor, el baile que este desprende, la gastronomía y hasta la forma de elevar una plegaria.
Los chimbangles o chimbángueles, como se denomina durante la fiesta al vasallo del santo, conformado por hombres y mujeres que integran el “Gobierno del Chimbanguele”, son cargadores del Santo, ejecutantes de los tambores, bandereros, mandadores, entre otros, encargados también, de organizar y desarrollar todo lo relacionado con la celebración y el culto.
A diferencia de otras celebraciones religiosas, las fiestas de San Benito tienen un ambivalente compromiso con la formalidad de la iglesia católica, que otorga el permiso para la salida del Santo Negro, pero una vez que el Santo sale a la calle adquiere características distintas, donde se dan encuentros entre San Benito, el pueblo y el vasallo, y se reproducen en síntesis los roles aprendidos y transmitidos por las antiguas culturas indígenas y etnias africanas de diversas y desconocidas procedencias.

Durante todo el año podemos observar “movimiento sambenitero” en todo el país, exceptuando en época de cuaresma y en los “Chimbángueles de obligación”, que se celebran entre el primer domingo de octubre y hasta la víspera de la Purísima Inmaculada Concepción el 8 de diciembre de cada año según el santoral católico, donde San Benito guarda reposo espiritual con el propósito de prepararse para sus fiestas propias.

COMPILACIÓN CON FINES DIDÁCTICOS.
Dra. Chirinos Eneida. 2012 @aquiyahoraech




Foto: REGALANDO… TRADICIONES Y CULTURA.
San Benito de Palermo
Un Santo con sabor Venezolano

El 27 de diciembre es la celebración más importante dedicada al “Santo Negro”. Sin embargo, hay otras fechas de celebración como el 29 de diciembre en Los Andes venezolanos, el 1 de enero en Bobures y el 6 de enero en Gibraltar o Cabimas, entre otras, que tienen gran importancia religiosa y social.

El culto a San Benito de Palermo se caracteriza por ser una de las manifestaciones culturales y religiosas más importantes de Venezuela, y que es seguida con mayor fervor en el estado Zulia. La devoción fue introducida durante el período colonial por parte los españoles quienes, en su afán de cristianizar los grupos indígenas y de esclavos negros africanos, recurrieron a personajes sagrados con los que estos pudieran identificarse plenamente y así abandonar sus ritos, creencias y costumbres ancestrales.

En el Sur del Lago de Maracaibo o Coquivacoa –porque abarca a casi todo el estado Zulia-, el culto se desarrolla y transforma con mayor ímpetu a partir del contacto de diversas culturas africanas: Ewe Fon, Efok, Kongo, Abakúa, Fom, Yoruba, entre otras, trasplantadas a esta región por el régimen esclavista (García, 2006). En estas inhumanas prácticas negreras, los esclavizados eran apartados de sus familias y hasta de sus coterráneos con la intención de aislarlos para lograr la dominación; sin embargo, pese a todos los intentos de dominación e imposiciones, lograron sembrar  su riqueza cultural que aunada a la indígena, desarrollaron una de las expresiones socioculturales más ricas del país.
Los africanos, así como los indígenas locales, tenían sus propias culturas y creencias, lo que llevó a los colonizadores a establecer estrategias para acabar cualquier manifestación religiosa que no fuese la católica, por lo cual muchos hombres y mujeres fueron maltratados y hasta ajusticiados por resistirse a la cristianización. La Iglesia Católica decide entonces imponer la imagen de San Benito de Palermo, un “mulato” católico hijo de esclavos africanos, nacido en libertad por el beneficio que le otorgara el esclavista y dedicado en cuerpo y alma a Dios con el propósito de sustituir la deidad africana, conocida hoy con el nombre de Ajé (Dios de las Agua Azules)

Increíblemente, la imagen de Benito ha sido asumida por todas  las comunidades descendientes de esclavos e indios, pero la misma, nunca dejó de ser venerada con toda la estética africana e indígena junto a la música de tambor, el baile que este desprende, la gastronomía y hasta la forma de elevar una plegaria.
Los chimbangles o chimbángueles, como se denomina durante la fiesta al vasallo del santo, conformado por hombres y mujeres que integran el “Gobierno del Chimbanguele”, son cargadores del Santo, ejecutantes de los tambores, bandereros, mandadores, entre otros, encargados también, de organizar y desarrollar todo lo relacionado con la celebración y el culto.
A diferencia de otras celebraciones religiosas, las fiestas de San Benito tienen un ambivalente compromiso con la formalidad de la iglesia católica, que otorga el permiso para la salida del Santo Negro, pero una vez que el Santo sale a la calle adquiere características distintas, donde se dan encuentros entre San Benito, el pueblo y el vasallo, y se reproducen en síntesis los roles aprendidos y transmitidos por las antiguas culturas indígenas y etnias africanas de diversas y desconocidas procedencias.

Durante todo el año podemos observar “movimiento sambenitero” en todo el país, exceptuando en época de cuaresma y en los “Chimbángueles de obligación”, que se celebran entre el primer domingo de octubre y hasta la víspera de la Purísima Inmaculada Concepción el 8 de diciembre de cada año según el santoral católico, donde San Benito guarda reposo espiritual con el propósito de prepararse para sus fiestas propias.

COMPILACIÓN CON FINES DIDÁCTICOS.
Dra. Chirinos Eneida. 2012 @aquiyahoraech


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