lunes, 25 de julio de 2011

La inteligencia y conciencia emocional.

“Aquí y Ahora”

Chirinos, Eneida.

La inteligencia y conciencia emocional.
     Genéricamente la inteligencia, es definida como la capacidad para aprender, comprender y resolver problemas. Se acostumbra a relacionar la definición de inteligencia con el coeficiente intelectual o cociente promedio de inteligencia, el cual resulta de examinar con diversidad de pruebas la habilidad para tratar conceptos abstractos, aprender y adaptarse a nuevas situaciones, resultando un índice esencialmente de la capacidad de raciocinio lógico (habilidades matemático-verbales).
     La inteligencia se ha entendido, tradicionalmente como un factor general asociado a la capacidad de aprendizaje y de éxito en la vida, medido a través del cociente de inteligencia. Sin embargo la modificabilidad de la inteligencia, sobre la construcción social de la misma y sobre su diversidad, permite considerar la diferenciación de Gardner  de siete tipos de inteligencia: verbal, lógica-matemática,  musical, espacial, cinestética, interpersonal e  intrapersonal. Señala este mismo autor,  cómo en Estados Unidos, en la mayoría de las escuelas se sigue cultivando exclusivamente los dos primeros tipos de inteligencia: la verbal, y matemática, al menos  consciente y premeditadamente.
     En tanto que, la inteligencia ha sido considerada como un conjunto de talentos multifacéticos, de habilidades específicas innatas y adquiridas, expresadas globalmente, aunque no de modo absoluto, en alguno de los siguientes perfiles: inteligencia mecánica o concreta referida a la habilidad física manual y/o corporal de instrumentación espacial, la inteligencia abstracta o conceptual, que especifica la capacidad para tratar con ideas y símbolos y finalmente la inteligencia social, relacionada con la capacidad para entender a otros y de interrelaciones con los demás.
     Por  otra parte, al hablar de inteligencia emocional, es necesario recordar, que durante mucho tiempo, la inteligencia ha sido lo contrario a las emociones, coincidiendo en establecer un pequeño grupo de emociones básicas de las cuales surgen  por combinación todas las demás y que son: el placer, el dolor,  el amor, la tristeza, el odio, la ira, el miedo y la culpa.
     Precisando en este aspecto, el término inteligencia emocional fue utilizado por primera vez en 1990 por Peter Salovey de Harvard y Jhon Mayer de la New Hampshire, para describir las cualidades emocionales que parecen tener importancia para el éxito: empatía, expresión y comprensión de los sentimientos control de nuestro genio, independencia, capacidad de adaptación, simpatía, capacidad de resolver los problemas de forma interpersonal, persistencia, cordialidad, amabilidad y respeto. Pero fue Daniel Goleman (1996), con su libro Inteligencia emocional quien lo popularizó y convirtió en un betsseller, refiriéndose a las siguientes habilidades: capacidad de motivarnos a nosotros mismos de perseverar en el desempeño a pesar de las posibles frustraciones, de regular los propios estados de ánimo, de evitar que la angustia interfiera, de controlar los impulsos, diferir las gratificaciones, de empatizar y confiar en los demás.
     Al conceptualizar la inteligencia emocional Ryback (1998), la considera como “la capacidad de aplicar la conciencia y la sensibilidad para discernir los sentimientos que subyacen en la comunicación interpersonal, y para resistir la tentación que nos mueve a reaccionar de una manera impulsiva e irreflexiva” (p.89). De ahí que, la competencia emocional en sí, demuestra hasta qué punto una persona ha sabido y podido trasladar ese potencial a las acciones de su vida cotidiana. Por otra parte, el hecho de ostentar un índice elevado de inteligencia emocional no garantiza que se hayan internalizado competencias emocionales específicas necesarias en ciertos entornos, ya se trate del hogar, la escuela, una empresa entre otros.
     Por consiguiente, las emociones están en la base de todas las habilidades que forman parte de la inteligencia emocional: las habilidades sociales, el control de la agresividad, la resolución de problemas, el manejo del estrés. Por eso merece la pena, tomar en cuenta algunos aspectos importantes de cómo funcionan la parte emocional de nuestro cerebro.
     En tanto, es pertinente destacar que hay una parte del cerebro que se puede llamar el cerebro emocional, más antiguo que la parte más propiamente intelectual; se compone principalmente por el denominado sistema límbico en el que destacan las estructuras denominadas tálamo y amígdala; la primera encargada de la memoria emocional y del aprendizaje emocional. Cuando el cerebro emocional detecta un estímulo emocionalmente significativo, pone en marcha la respuesta emocional a través de la acción de los neuropéptidos, que liberados en el torrente sanguíneo activan respuestas fisiológicas asociadas a la emoción. El funcionamiento de todo el sistema es previo al procesamiento por el cortex, consciente y racional, y a veces de tal intensidad que produce  el fenómeno llamado por Goleman “secuestro emocional”; origen de múltiples tragedias.
     El principal exponente mundial de la teoría de la inteligencia emocional ha sido Goleman, (1996); debido al éxito en ventas de dos de sus libros, uno de los cuales expone la teoría de la inteligencia emocional en general y el otro la demuestra en el entorno laboral especialmente en el ámbito empresario. El término inteligencia emocional se relaciona con la capacidad de reconocer los propios sentimientos, igualmente los de los demás, con la finalidad de utilizarlos como guía del pensamiento y de la acción, por ejemplo, para auto motivarse o manejar adecuadamente las relaciones que se mantienen con las demás personas.
     Por tanto, sustentándose con base en la inteligencia emocional se puede, determinar el modo como cada persona se relaciona y entiende el mundo;  teniendo en cuenta las actitudes y los sentimientos, engloba habilidades como el control de los impulsos, la autoconciencia, la canalización de las emociones, la confianza, el entusiasmo, la empatía, la persistencia frente a las frustraciones, la práctica de la gratificación prolongada;  el motivar a otros ayudándolos a que se desarrollen aprovechando los propios talentos y consiguiendo su compromiso con respecto a los objetivos e intereses comunes.
     La concepción de la inteligencia emocional, comprende una serie de habilidades que Goleman, (1996). Caracteriza como “interdependientes, jerárquicas y genéricas”. En otras palabras, cada una requiere de las otras para desarrollarse, se sirven de base unas a otras y son necesarias en distintos grados según los tipos de trabajo y las tareas que se cumplan. Por lo tanto, anatómica y fisiológicamente la inteligencia intelectual y la inteligencia emocional expresan la actividad de regiones diferentes del sistema nervioso. El intelecto basa su funcionamiento en el neocórtex, el estrato evolutivamente más reciente que recubre la superficie cerebral a modo de capa o manto replegado, mientras que los centros o núcleos emocionales ocupan un lugar inferior al nivel cortical, siendo filogenéticamente más antiguos, no obstante todo lo anterior, conduce a plantear que la inteligencia emocional, es el producto del funcionamiento concertado y armónico entre los centros emocionales y las áreas intelectuales.

Referencias Bibliográficas:
Ryback, D. (1998). E.Q. Trabaje con su inteligencia emocional. Los factores emocionales al servicio de la gestión empresarial. España: Ibérica Grafic. S.I.
Goleman, D.(1996). La Inteligencia emocional. Barcelona: Kairós.

Goleman, D.(1998). La Inteligencia emocional en la empresa. Barcelona: Kairós.

Chirinos Arcaya, Eneida C. Dirección electrónica. Jemyrsch@hot mail.com Licenciado en Educación Integral. Mención Ciencias Sociales. Universidad Nacional Abierta (1992). Licenciado en Educación Integral. Mención: Lengua. Universidad Nacional Abierta (1994). Magíster en Gerencia. Mención: Gestión Educativa. Universidad Bicentenaria de Aragua. (1999). Doctora en Ciencias de la Educación. Universidad Santa María (2005), Actualmente se desempeña como Docente de Aula en la Escuela Básica “Juan Guillermo Iribarren” del Municipio Araure en el Estado Portuguesa. Autora de publicaciones en la Revista CANDIDUS; y en las Columnas “Aquí y Ahora” y ¡Ponte las pilas! ¿Preguntas? ... y Respuestas en el Diario Ultima Hora.


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