lunes, 25 de julio de 2011

Valores... ¿Patrones de conducta individual y social?


“Aquí y Ahora”

Chirinos, Eneida.


Valores... ¿Patrones de conducta individual y social?


Son muchas las definiciones que se han dado para explicar este concepto, pero en sentido amplio se considera como valor, todo aquello que favorece la plena realización del hombre como persona, Los valores influyen decisivamente en la existencia, son nuestra autodefinición como personas, ocupan el primer lugar en nuestras prioridades, orientan las decisiones y configura la personalidad. Los valores se adquieren y consolidan a lo largo de toda la vida, es así como en una determinada etapa se actúa de acuerdo a un conjunto de valores que en definitiva expresan la concepción de la realidad que tengamos, sin embargo a medida que las circunstancias van cambiando e interpretamos a profundidad la percepción de la realidad, a tono con la de los demás, también se experimenta cambios en nuestra escala de valores, en esta dinámica social, los valores representan la orientación de la conducta como norma social, desde la entramada concepción psicológica de las actitudes, considerando además el componente emocional y la condición del plano de las relaciones. La instauración de los valores, como hecho inminente social, es peculiar, contextual e histórica, cada sociedad, configura su estructura axiológica y mantiene mecanismos de proyección y transmisión a través de todas las generaciones.
Los valores, personales, tipifican las cualidades que reflejan la autonomía, persistencia, y la autorealización de uno mismo, en el plano intrapersonal, mientras que en la esfera social, los valores permiten  valorar nuestra relación con la realidad, y con nuestros semejantes,  en actitud cónsona con la responsabilidad y sensibilidad social en pro del bien común y la sana convivencia. Por consiguiente, la fuente fundamental de los valores reside en la individualidad como eslabón primigenio y en la concepción que se tiene del mundo, de igual manera, es importante considerar la formación que se le imparta al sujeto, y es allí donde la sociedad juega un papel primordial, pero la familia, como eje nuclear de la sociedad, esta destinada a sembrar la semilla del valor, para que esta crezca, se consolide y se arraigue,  porque frente a  la realidad que nos arropa, y de la cual se puede decir que es interdependiente y consumista que modela, que manipula las actitudes básicas y los valores de las personas en relación con la sociedad, el trabajo y la moral, los padres, somos sin duda alguna los que debemos inculcar valores a nuestros hijos, Con actitudes ejemplarizantes, que se puedan emular, con la disposición a cambiar para ser cada día mejores personas. Los valores no se enseñan con palabras, ni con la asignación de lectura de textos, por supuesto sin descalificar la función social y reproductora de la educación, que en ningún caso debe limitarse a la instrucción de habilidades y saberes, si no que debe profundizar y fortalecer los valores de una sociedad democrática.
Pero de plano en la realidad, los docentes en los recintos educativos, están desarrollando temas acerca de la solidaridad, respeto, responsabilidad, y participación con niveles de justicia, libertad y equidad, y el trasfondo de las aulas, es una sociedad cargada de antivalores, con un inmenso vacío ético y moral. ¿Cómo enseñar a un niño a ser solidario y respetuoso de las virtudes de los demás? En una sociedad donde se privilegia el poder, de ascender en cualquier ámbito “pase lo que pase, caiga quien caiga” con un egoísmo e insolidaridad absoluto, con esta moral que caracteriza al hombre de negocios, al político partidista y al sectarismo basado en la competitividad y el triunfo del más fuerte por encima de los méritos de los demás, en donde el fin justifica los medios y todas las mañas y artimañas son posibles para lograr el objetivo. Y en un contexto donde cobra significatividad ¿Cuánto hay para eso? Como condición para estar a la disposición para hacer o colaborar con algo. ¿Cómo establecer en las aulas, una discusión acerca de la autenticidad? En dónde los valores del status y la apariencia se han convertido en una obsesión, donde “la pantallería” el chismorreo, la mediocridad y la banalidad, campea y llena los espacios del profesionalismo, ¿Y podemos hablar de justicia? Cuando la inseguridad ahoga nuestra sociedad y aniquila a miles de venezolanos prósperos, y los victimarios tienen más derechos y privilegios que las víctimas. Y me pregunto es posible ¿Educar en valores? Mi respuesta a esta reflexión es que definitivamente hay que romper los esquemas tradicionales, de trasladar la responsabilidad de educar a los docentes. Educar a nuestros hijos es tarea de todos, de  padres, docentes,  vecinos,  familiares, y de los medios de comunicación, en fin toda la sociedad, porque resulta imposible traspasar los límites de la realidad. Los niños pasan más tiempo en el hogar, en el barrio, compartiendo con su comunidad, que en un aula, y los contextos son diferentes, y la comprensión e interpretación también. Los valores son ideales, que le dan forma y consistencia a la sociedad, por eso son relativos y particulares. Y en definitiva, los valores que se enseñan en las escuelas chocan con los valores instituidos en la conciencia colectiva del ámbito donde se desenvuelven los niños, niñas y adolescentes. Educar en valores sí, claro que sí, pero desde el hogar, de cualquier remoto barrio o urbanización, desde las aulas, y de los espacios destinados por la radio, la televisión y la prensa con el ejemplo, conjugando las palabras y las acciones para convertirlas en actitudes que favorezcan la convivencia. Así que padres, docentes, políticos, profesionales en todas las ramas del saber, seamos honestos, auténticos, responsables, justos y el noble ejemplo a seguir por nuestros hijos y los hijos de los demás, para instaurar “valores de vida para vivir”.  La mejor lección de moral se da en casa, con amor. Y recordemos el sublime pensamiento de Simón Bolívar “Moral y luces son nuestras primeras necesidades”.


Chirinos Arcaya, Eneida C. Dirección electrónica. Jemyrsch@hot mail.com Licenciado en Educación Integral. Mención Ciencias Sociales. Universidad Nacional Abierta (1992). Licenciado en Educación Integral. Mención: Lengua. Universidad Nacional Abierta (1994). Magíster en Gerencia. Mención: Gestión Educativa. Universidad Bicentenaria de Aragua. (1999). Doctora en Ciencias de la Educación. Universidad Santa María (2005), Actualmente se desempeña como Docente de Aula en la Escuela Básica “Juan Guillermo Iribarren” del Municipio Araure, en el Estado Portuguesa. Autora de publicaciones en la Revista CANDIDUS; y en las Columnas “Aquí y Ahora” y ¡Ponte las pilas! ¿Preguntas? ... y Respuestas en el Diario Ultima Hora.


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