lunes, 25 de julio de 2011

Subjetividad de los afectos, emociones y sentimientos.


“Aquí y Ahora”

Chirinos, Eneida.

Subjetividad de los afectos, emociones y  sentimientos.
     Los sentimientos son procesos que le aportan a las experiencias de cada persona en particular, una manera única, individual y privada de ser vividas. En todo ser humano, los sucesos de la vida adquieren significado por su cualidad emocional, siendo el afecto el componente que matiza la interacción y la convivencia, de ahí pues, la resonancia emocional de las experiencias, en nuestras vidas.
     Por consiguiente, la emoción es considerada, un estado de ánimo caracterizado por una conmoción consecutiva de impresiones, ideas o recuerdos, la cual produce fenómenos viscerales que percibe el sujeto y con frecuencia se traduce en gestos, actitudes u otras formas de expresión, La emoción se diferencia del humor, ánimo o talante en atención a que es un estado emocional sostenido y dominante en el tiempo, y puede ser irritable, expansivo, depresivo y/o jubiloso, entre otras acepciones. De ahí pues que la emoción sea una tendencia persistente a percibir, interpretar y responder de manera selectiva a los estímulos. En este sentido Ryback (1998), Argumenta que los afectos son experiencias psicológicas complejas de los que participan tres componentes: En primer término un tono o matiz que le aporta una cualidad distintiva a la experiencia traduciendo el aspecto subjetivo del afecto, seguido de una idea o serie de ellas asociadas, que dan cuenta a la conciencia del tipo o calidad del afecto sentido, esta idea implica la “lectura” y reconocimiento que la persona hace de sus sentimientos y emociones, precisando el sentido, que el sujeto le da a sus afectos, depende en gran medida de la forma, cómo fueron codificados en su historia personal y familiar, y finalmente, la expresión en la que se deja evidencia de las manifestaciones corporales de las emociones. Casi todos los estados afectivos de una persona se exteriorizan como tensión o relajamiento de la musculatura, por la orientación de los ojos, la actividad del aparato vocal, y de las extremidades o miembros, ante todo de las manos.
     Los afectos acompañan, las experiencias vitales del sujeto, expresan la presencia emocional de los vínculos del pasado que se reactivan en el presente con sus concomitantes corporales. El lenguaje recoge el sentido concreto y metafórico de esta relación, cada uno de ellos influye en el estado emocional del otro, para bien o para mal; lo hacemos constantemente, “contagiándose” las emociones como si fueran una especie de virus social. Goleman (1998).
     Este intercambio emocional constituye una economía interpersonal invisible, parte de todas las interacciones humanas pero habitualmente es tan sutil que no se le percibe. Los estados de ánimo, se transmiten con facilidad, esto se debe a que pueden ser señales vitales para la supervivencia. La expresión de las emociones, indican en que concentrar la atención para actuar, que operan como advertencias, invitaciones y alarmas, entre otros, se trata pues de mensajes potentes, que transmiten información crucial sin poner necesariamente esos datos en palabras. Las emociones son un método de comunicación eficiente y efectivo. Tener claro esto permite explicar y eventualmente influir en situaciones de relaciones humanas, en el plano personal, familiar y social.
         Desde un punto de vista técnico, la motivación en el contexto de la inteligencia emocional significa, la capacidad para enviar energía en una dirección especifica con un propósito dado, para catalizar todo el sistema emocional y mantenerlo en funcionamiento. Existen cuatro fuentes principales de motivación: nosotros mismos (pensamiento positivo, visualización, y la respiración abdominal). Los amigos, la familia y colegas, Generalmente se tipifica como un mentor emocional (real o ficticio) y el propio entorno (aire, luz, sonido, y los objetos motivacionales).
     En la automotivación se entrecruzan también aspectos relacionados con la serenidad personal, lo que hace una persona sea más flexible y consciente que otra para gestionar oportunamente los reveses y convertirlos en plataformas de éxitos, no es un gen especial de flexibilidad, estabilidad emocional y psicológica si no la habilidad de procesar y usar productivamente la emoción engendrada por un revés. La secuencia de este proceso virtuoso responde a la siguiente cadencia: Sintonía de pensamientos e interpretaciones, con el uso de frases motivadoras y diálogos internos constructivos, sentido del humor, relajación, actividad física, uso de técnicas de resolución de problemas, apoyo en nuestro equipo de personas-soporte, así como también el establecimiento de nuevas metas.
     En el desarrollo de habilidades de comunicación efectiva, la comprensión y valoración de las emociones de los demás, nos ubica estratégicamente  en la gestión de la inteligencia emocional, pasando de intrapersonal a interpersonal. En este sentido primeramente se precisa, la autoapertura; entendida como la interpretación que se le atribuye a la percepción de la realidad, siendo sensibles a los sentimientos del otro y cuidando mucho el lenguaje corporal, seguidamente la asertividad, en los procesos de gestión de la inteligencia emocional, se le da una aceptación especial basada en la habilidad de mantener nuestros derechos, opiniones, creencias y deseos,  respetando al mismo tiempo las del otro, lo que  contrasta con la agresividad, que no las tiene en cuenta, o la pasividad   que ignora las propias.
     Y finalmente resulta indudable precisar, escuchar activamente, haciendo énfasis en desactivar nuestro filtro de recepción, sintetizar las declaraciones del otro, dar noticias en la que somos conscientes de los sentimientos del otro y usar apropiadamente las pistas no verbales que se nos dan, En este aspecto, Goleman (1998) destaca que “quienes no pueden o no saben escuchar dan la impresión de ser indiferentes o insensibles, lo cual a su vez, torna al otro menos comunicativo. Y escuchar es un arte” (p.178), Del mismo modo con respecto al criticismo, precisa que se debe ofrecer “criticas constructivas e identificar los puntos que el otro debe mejorar” (p.184), por lo tanto es propicio tratar y lograr en lo posible de convertirla, en un elemento reforzador de naturaleza productiva, preparando asertivamente el discurso, antes de la crítica  para el comportamiento constructivo,  a fin de analizar y valorar posteriormente lo positivo que pueda resultar.

Referencias Bibliográficas:
Ryback, D. (1998). E.Q. Trabaje con su inteligencia emocional. Los factores emocionales al servicio de la gestión empresarial. España: Ibérica Grafic. S.I.
Goleman, D.(1996). La Inteligencia emocional. Barcelona: Kairós.

Goleman, D.(1998). La Inteligencia emocional en la empresa. Barcelona: Kairós.
Chirinos Arcaya, Eneida C. Dirección electrónica. Jemyrsch@hot mail.com Licenciado en Educación Integral. Mención Ciencias Sociales. Universidad Nacional Abierta (1992). Licenciado en Educación Integral. Mención: Lengua. Universidad Nacional Abierta (1994). Magíster en Gerencia. Mención: Gestión Educativa. Universidad Bicentenaria de Aragua. (1999). Doctora en Ciencias de la Educación. Universidad Santa María (2005), Actualmente se desempeña como Docente de Aula en la Escuela Básica “Juan Guillermo Iribarren” del Municipio Araure en el Estado Portuguesa. Autora de publicaciones en la Revista CANDIDUS; y en las Columnas “Aquí y Ahora” y ¡Ponte las pilas! ¿Preguntas? ... y Respuestas en el Diario Ultima Hora.



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