¡Lo que nos hace únicos y auténticos!
25/12/2012 | DIARIO ULTIMA HORA.
(ENEIDA CHIRINOS)
Lo que hace único a un individuo no es quién es, sino en quién se convierte. Hacerse auténtico es un proceso, no un suceso. Incluye no sólo conocerse a uno mismo, sino también reconocer a los otros y su influencia en uno mismo, así como la influencia de las propias acciones sobre los demás. Hacerse auténtico es un proyecto individual. Pero la autenticidad personal no debería confundirse con el individualismo radical. Si la búsqueda de la autenticidad personal es solo para lograr la realización personal o para satisfacer deseos personales, entonces es individualista y egocéntrica. Pero si va acompañada de la conciencia de los demás y está integrada con todos los aspectos del mundo externo, entonces es una lucha que vale la pena y no una tendencia superficial. La verdadera autenticidad personal, no trata solamente de percepciones y sentimientos individuales, sino también de los que están ligados a aspectos externos de la realidad.
El conocimiento completo de uno mismo es inalcanzable; no se puede explorar el laberinto entero de la conciencia humana. Pueden surgir obstáculos al no entender bien algunas partes de uno mismo, al haberlas olvidado o simplemente al desconocerlas. Se tiene que luchar por tener un comportamiento moral, a pesar de la presión de la sociedad y de las circunstancias económicas. Circunstancias difíciles, como la enfermedad, pueden llevar también a una duda e inseguridad excesivas; el verdadero conocimiento de uno mismo debe tener en cuenta estas condiciones. Para ser auténtico, necesariamente hay que estar consciente de la relación compleja entre uno mismo y los otros y entre la autenticidad y la falta de ella. Además de ser consciente de su propia falta de autenticidad y de sus imperfecciones, y trascender el condicionamiento del pasado y del conjunto asociado de comportamientos que determinan su interacción con el mundo. la autenticidad nos lleva a reflexionar acerca de la fragilidad e incertidumbre de la condición humana, incluyendo la conciencia y la aceptación de la mortalidad humana, del sufrimiento humano y de su lucha por la supervivencia; a los fines de prestar atención a los propios estados físicos y emocionales, así como a los de los otros. Ser auténtico implica reconocer y aceptar el dolor, el miedo, la soledad y la vulnerabilidad como realidades de la condición humana, convirtiendo a estos en atributos naturales de la humanidad. Es necesario privilegiar el ser consciente de que el estado físico o emocional puede determinar lo que uno piensa, o cómo uno percibe e interpreta las cosas. De ahí la proposición de tener un diálogo interno permanente y constante sin inhibiciones, pero al mismo tiempo debería dejar el diálogo personal al entablar un diálogo externo.
Otro límite en la búsqueda de la autenticidad tiene que ver con el lenguaje. El propósito principal del lenguaje es expresar y comunicar ideas, pensamientos, información y sentimientos. Pero está abierto a las malas interpretaciones y a la distorsión. Los límites del lenguaje y del pensamiento humano son algunas de las barreras a la autenticidad humana. Las palabras y el lenguaje a menudo no son adecuadas para expresar todo el espectro de pensamientos y sentimientos que tiene una persona. Algunas cosas no pueden ser expresadas de ninguna manera. Las palabras y las frases son a menudo ambiguas, porque tienen más de un significado. Además, los pensamientos y percepciones cambiantes sobre uno mismo pueden no ser comprensibles, así que expresarlos usando las palabras y el lenguaje puede no ser siempre consistente. Podríamos preguntarnos si las palabras representan de hecho la realidad o solo un concepto de realidad, o una representación reducida de la realidad, o si las palabras y el lenguaje pueden incluso generar multitud de realidades separadas.
La autenticidad no deja de lado los límites del conocimiento y la comprensión humanas, así como de las limitaciones del lenguaje natural para comunicar los propios pensamientos. Además de considerar la posibilidad de que cualquier verdad que crea saber sobre la naturaleza, incluyendo en ésta a la naturaleza humana, puede no ser la verdad definitiva, es poner en duda las propias percepciones e interpretaciones, así como las de los otros, y estar dispuesto a aceptar la incertidumbre, reconociendo y aceptado las limitaciones humanas como elementos de la autenticidad humana, Es un espejo en el que puede verse a uno mismo como parte de un todo y como un todo que contiene multitud de partes, y ser consciente de sus interacciones. Uno debe ser capaz de moverse por el laberinto de la propia mente y desplazarse hacia adelante y hacia atrás en el tiempo para conectar sucesos y recuerdos pasados para conformar un sujeto coherente. Ser auténtico es modular aspectos del propio yo interno dependiendo de las circunstancias; es la habilidad de reconocer y seleccionar las características auténticas más adecuadas para cada situación.
Esta lista de principios y atributos de la autenticidad personal no sustituye a una definición precisa de autenticidad personal. Solo nos da un pequeño boceto, con la comprensión implícita de que nunca será completado del todo. Así pues, la autenticidad personal parece estar en los límites de la razón humana. A pesar de todo, como uno de los criterios principales de la autenticidad personal es ser veraz y honesto con uno mismo y con los otros, eso requiere una amplia comprensión de todo lo relacionado con la humanidad y la naturaleza. El nivel de auto-conocimiento y de autenticidad personal depende de una gran variedad de factores individuales, incluyendo diferentes circunstancias personales, habilidades interpretativas, cultura, religión, ideología, visión del mundo, así como de los detalles del carácter del individuo, su experiencia, conocimiento y factores emocionales. Así pues, cada individuo se percibe y se interpreta a sí mismo, a los otros y al mundo a su propia manera. Además, todo lo anterior está cambiando constantemente y su comprensión es siempre parcial y sesgada. La reflexión de este artículo: "Quien es auténtico, asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que es." (Jean Paul Sartre) jemyrsch@gmail.com. @aquiyahoraech
Temáticas de Interés relacionadas con mis Hobbys y/o emprendimientos. Vinateria Artesanal, Bonsái, Cactus y otras suculentas @chirinoseneida @tunasycardones @vinateriacandelaria
miércoles, 26 de diciembre de 2012
martes, 18 de diciembre de 2012
PUBLICACIÓN COLUMNA AQUÍ Y AHORA. 18-12-2012 DIARIO ULTIMA HORA.
Si la vida es un arte... su valor clave es la autenticidad
17/12/2012 | 6:57 PM
(ENEIDA CHIRINOS) En la búsqueda de la verdad y el sentido en la vida, los seres humanos intentan lograr la autenticidad a través de las interacciones sociales y las diversas formas de expresión. La autenticidad se suele definir como el hecho de ser veraz y honesto con uno mismo y con los otros, como una credibilidad indiscutible, una carencia absoluta de artificios, implica que la autenticidad es relacional y está conectada con la identidad personal y las relaciones con el contexto donde convive; entonces, la autenticidad se puede considerar como un proceso de análisis del sujeto y del mundo externo. Y ya que el sujeto surge de la interacción entre él mismo, los otros y el entorno en una sociedad y un mundo complejos, pueden coexistir varias identidades dependiendo del lugar y el contexto. Algunos defienden que el sujeto no es una sola entidad, sino que contiene múltiples capas de percepciones, pensamientos y comportamiento cambiante dependiendo del contexto. Lograr la autenticidad es una misión individual, ya que cada persona tiene su propia forma individual de ser. Por consiguiente, el concepto se vuelve bastante arbitrario y puede ser confuso para las relaciones humanas: lo que es auténtico para un individuo puede ser diferente para otro.
Las experiencias, el conocimiento y la lucha por concretar propósitos de mejora, hacen que con el tiempo se vaya conformando una personalidad propia. Toda obra original es valiosa, sobre todo si pensamos en algunas esculturas y pinturas, cualquier copia tendrá algunos rasgos que la hacen diferente e imperfecta de acuerdo al original. Por el hecho de existir y poseer unas características y cualidades propias, todos somos "originales", pero no quiere decir que somos personas "de una pieza", íntegros, es decir, auténticos. El valor de la autenticidad le da a la persona autoridad sobre sí mismo ante su iniciativa para proponerse y alcanzar metas altas, carácter estable y sinceridad a toda prueba, lo que le hace tener una coherencia de vida.
Aunque la autenticidad personal es en principio deseable, si faltas en ciertos elementos podría ir de hecho en detrimento de las relaciones interpersonales y el funcionamiento de la sociedad. Esos componentes necesarios de la autenticidad incluyen la conciencia, el análisis imparcial y el conocimiento preciso de uno mismo, el juicio reflexivo, la responsabilidad e integridad personal, el ser genuino y humilde, la empatía por el otro y el conocimiento de éste, así como la utilización óptima de las reacciones de los otros. Esos componentes tienen también que integrar la necesidad de limitar y ajustar la autenticidad de uno, dependiendo de la situación. Cualquier medida de autenticidad real no implica expresar el yo más íntimo, con todo su rango de emociones y cambios, en cualquier situación. En este contexto, ser consciente del momento presente, sin sesgos, tiene gran importancia, ya que mejora la claridad del diálogo interior y disminuye la implicación del ego. Pero, aún con todo ese rango de variables a considerar y con todas las precauciones tomadas, sería casi imposible tener en cuenta todas las incógnitas.
Es importante considerar cómo las expresiones auténticas de uno, por muy cautas que sean, serían percibidas e interpretadas por otros. La regla de oro de tratar a los demás como a uno le gustaría ser tratado es esencial y puede ser tomada como guía para convivir a plenitud.
¿Qué hacer entonces para ser auténticos? Evitar la mentira y la personalidad múltiple. Ser el mismo siempre, independientemente de las circunstancias. Luchar contra la vanidad, que nos lleva a elevarnos por encima de lo que somos para cubrir nuestras flaquezas o exaltar nuestras cualidades. Vivir de acuerdo a nuestras posibilidades, evitando lujos fuera de nuestro alcance. Prepararnos para adquirir aquellas destrezas o habilidades que nos hacen falta para el trabajo o para sacar adelante a la familia. Cooperación y comprensión para evitar el deseo de dominio sobre los demás, respetando sus derechos y opiniones. Ser fieles a las promesas que hemos hecho, de esta manera, somos fieles con nosotros mismos. Cumplir responsablemente con las obligaciones que hemos adquirido en la familia o el trabajo. Hacer a un lado simpatías e intereses propios, para poder juzgar y obrar justamente. Esforzarnos por vivir las leyes, normas y costumbres de nuestra sociedad. No tener miedo a que "me vean como soy". De cualquier manera, mientras no hagamos algo para cambiar, no podemos ser otra cosa.
La autenticidad da a la persona una natural confianza, pues con el paso del tiempo ha sabido cumplir con los deberes que le son propios, procurando perfeccionar el ejercicio vida personal profesional y laboral de estas labores superando la apatía y la superficialidad, sin quejas ni lamentaciones. Por la integridad que da el cultivo de este valor, nos convertimos en personas dignas de confianza y honorables, poniendo nuestras cualidades y aptitudes al servicio de los demás, pues nuestras miras van más allá de nuestra persona e intereses. La Reflexión para este artículo "El sentido de la vida, es darle a la vida sentido". Tavho. jemyrsch@gmail.com, @aquiyahoraech
Las experiencias, el conocimiento y la lucha por concretar propósitos de mejora, hacen que con el tiempo se vaya conformando una personalidad propia. Toda obra original es valiosa, sobre todo si pensamos en algunas esculturas y pinturas, cualquier copia tendrá algunos rasgos que la hacen diferente e imperfecta de acuerdo al original. Por el hecho de existir y poseer unas características y cualidades propias, todos somos "originales", pero no quiere decir que somos personas "de una pieza", íntegros, es decir, auténticos. El valor de la autenticidad le da a la persona autoridad sobre sí mismo ante su iniciativa para proponerse y alcanzar metas altas, carácter estable y sinceridad a toda prueba, lo que le hace tener una coherencia de vida.
Aunque la autenticidad personal es en principio deseable, si faltas en ciertos elementos podría ir de hecho en detrimento de las relaciones interpersonales y el funcionamiento de la sociedad. Esos componentes necesarios de la autenticidad incluyen la conciencia, el análisis imparcial y el conocimiento preciso de uno mismo, el juicio reflexivo, la responsabilidad e integridad personal, el ser genuino y humilde, la empatía por el otro y el conocimiento de éste, así como la utilización óptima de las reacciones de los otros. Esos componentes tienen también que integrar la necesidad de limitar y ajustar la autenticidad de uno, dependiendo de la situación. Cualquier medida de autenticidad real no implica expresar el yo más íntimo, con todo su rango de emociones y cambios, en cualquier situación. En este contexto, ser consciente del momento presente, sin sesgos, tiene gran importancia, ya que mejora la claridad del diálogo interior y disminuye la implicación del ego. Pero, aún con todo ese rango de variables a considerar y con todas las precauciones tomadas, sería casi imposible tener en cuenta todas las incógnitas.
Es importante considerar cómo las expresiones auténticas de uno, por muy cautas que sean, serían percibidas e interpretadas por otros. La regla de oro de tratar a los demás como a uno le gustaría ser tratado es esencial y puede ser tomada como guía para convivir a plenitud.
¿Qué hacer entonces para ser auténticos? Evitar la mentira y la personalidad múltiple. Ser el mismo siempre, independientemente de las circunstancias. Luchar contra la vanidad, que nos lleva a elevarnos por encima de lo que somos para cubrir nuestras flaquezas o exaltar nuestras cualidades. Vivir de acuerdo a nuestras posibilidades, evitando lujos fuera de nuestro alcance. Prepararnos para adquirir aquellas destrezas o habilidades que nos hacen falta para el trabajo o para sacar adelante a la familia. Cooperación y comprensión para evitar el deseo de dominio sobre los demás, respetando sus derechos y opiniones. Ser fieles a las promesas que hemos hecho, de esta manera, somos fieles con nosotros mismos. Cumplir responsablemente con las obligaciones que hemos adquirido en la familia o el trabajo. Hacer a un lado simpatías e intereses propios, para poder juzgar y obrar justamente. Esforzarnos por vivir las leyes, normas y costumbres de nuestra sociedad. No tener miedo a que "me vean como soy". De cualquier manera, mientras no hagamos algo para cambiar, no podemos ser otra cosa.
La autenticidad da a la persona una natural confianza, pues con el paso del tiempo ha sabido cumplir con los deberes que le son propios, procurando perfeccionar el ejercicio vida personal profesional y laboral de estas labores superando la apatía y la superficialidad, sin quejas ni lamentaciones. Por la integridad que da el cultivo de este valor, nos convertimos en personas dignas de confianza y honorables, poniendo nuestras cualidades y aptitudes al servicio de los demás, pues nuestras miras van más allá de nuestra persona e intereses. La Reflexión para este artículo "El sentido de la vida, es darle a la vida sentido". Tavho. jemyrsch@gmail.com, @aquiyahoraech
viernes, 14 de diciembre de 2012
Asumiendo con responsabilidad los compromisos. PUBLICACIÓN DIARIO ULTIMA HORA 11-12-2012.
Asumiendo con responsabilidad los compromisos
10/12/2012 | 7:48 PM
(ENEIDA CHIRINOS) El compromiso, es un valor muy importante cuando buscamos el éxito y la plenitud. Con compromiso, me refiero a la firmeza inquebrantable por cumplir o hacer algo que nos hemos propuesto o que simplemente debemos hacer. Éste es justamente el valor que debe haber frente a tus sueños para que los puedas cumplir, porque si no te comprometes con tu éxito, jamás lo lograrás. El compromiso va mucho más allá de decir “está bien, lo haré”, es actuar en consecuencia, es planear el camino que seguirás para llegar a tu meta, es el enfoque en tus sueños y el trabajo constante hasta lograrlo. El valor del compromiso va más allá de cumplir con una obligación, es poner en juego nuestras capacidades para sacar adelante aquello que se nos ha confiado.
El hecho de aceptar finalmente un compromiso hace suponer que se conocen todos los aspectos, alcances y obligaciones que conlleva; la realidad en que creemos cumplir con aquello que a conciencia se nos ha encomendado: cumplimiento de horario de trabajo, obligaciones laborales, asistir a los compromisos académicos, profesionales, laborales y familiares. En realidad, estos son compromisos que deberíamos de cumplir voluntariamente los cuales nos hacen mejores trabajadores, hijos, estudiantes, padres y madres. Aún así hay personas que esperan exista un contrato, una promesa o una ineludible consecuencia para saber aceptar el compromiso.
Sin duda alguna, el compromiso es lo que trasforma una promesa en realidad, es la palabra que habla de valentía de nuestras intenciones, es la acción que habla más allá de las palabras, hacer tiempo cuando no lo hay, es cumplir con lo prometido cuando las circunstancias se ponen adversas para poder cambiar las cosas, es el triunfo diario sobre el escepticismo, es la base para procurar cualquier tipo de cambio. La clave de nuestros logros radica en la capacidad que poseemos en comprometernos a crear algo que no existía, hasta ese momento, lo único que puede producir cambios en una acción comprometida con un objetivo. A veces creemos que sólo podemos comprometernos, cuando un sentido común nos muestra lo que podemos crear más de lo mismo que tenemos y que no alcanza. El compromiso necesita darse en el territorio, de lo que no nos es posible todavía para que sea a través de él que podamos conseguir lo que todavía no tenemos.
Podemos decir que es un fenómeno universal, aunque para muchos sea sólo una palabra y transcurra de manera transparente su significado. El único lugar donde vive el compromiso es en el lenguaje que se manifiesta como una acción en nuestra manera de hablar y escribir. El compromiso está directamente relacionado con nuestra manera de estar en el mundo y de ser en el. Pensemos y reflexionemos, en aquellos compromisos que ineludiblemente son los más importantes-
Como Padre de Familia: los hijos necesitan que dediquen más de su tiempo para jugar, enseñar, convivir y, lo más importante, conversar. Parte del compromiso de ser padres no está sólo en los medios materiales, implica buscar la amistad de los hijos.
Como Hijos: además de la sinceridad, obediencia y la ayuda en el hogar, esfuerzo en los estudios, los padres necesitan cariño, comprensión, cuidados y pequeños servicios, los cuales no piden pero, sin embargo, estarían muy agradecidos de recibirlos.
Como Pareja: es indispensable el amor y la fidelidad como parte esencial del compromiso, la comunicación y las atenciones constantes con pequeños detalles que enriquecen la relación; no olvidemos que lo importante no es lo material, lo verdaderamente importante es el amor, un beso, una caricia, una flor o simplemente palabras dulces que hagan y halaguen su persona.
Como Amigos: recordemos que la amistad se cultiva y se fortalece tanto como cuidemos los pequeños detalles que la harán grandiosa; un saludo efusivo, una simple llamada telefónica, un correo electrónico o un simple detalle, tiempo para compartir juntos harán que esta amistad perdure mucho tiempo.
Como Ciudadanos: no ser indiferentes ante la situación del país sin hacer nada para combatirlo, se debe apoyar las campañas de prevención y programas que beneficien a todos, promover la seguridad, educación, deporte, recreación y salud. Sea un buen ciudadano, con sentido común, porque nada cambia, si tú no cambias.
Como trabajadores: la responsabilidad de cumplir de manera eficaz y eficiente con nuestras funciones, la puntualidad, el acatamiento a las normativas, practicar el auténtico ejercicio de compromiso institucional, con el sentido de pertenencia y la corresponsabilidad. Trabajar en equipo para solventar las contingencias, generar climas organizacionales óptimos que promuevan relaciones interpersonales asertivas.
Propongámonos a partir de mañana a asumir el COMPROMISO de ser mejores cada día, de aprovechar cada instante que nos da la vida, cada momento que nos ofrecen las personas que realmente nos quieren, sin dejar de recordar y cuidar todo aquello que nos hace ser felices, personas con principios fundamentales, responsables e íntegras. La reflexión final de este artículo “Yo soy responsable por algo que ocurrirá en el futuro, que no ocurrirá en ausencia de mi compromiso”, James Selmam. jemyrsch@gmail.com, @aquiyahoraech
El hecho de aceptar finalmente un compromiso hace suponer que se conocen todos los aspectos, alcances y obligaciones que conlleva; la realidad en que creemos cumplir con aquello que a conciencia se nos ha encomendado: cumplimiento de horario de trabajo, obligaciones laborales, asistir a los compromisos académicos, profesionales, laborales y familiares. En realidad, estos son compromisos que deberíamos de cumplir voluntariamente los cuales nos hacen mejores trabajadores, hijos, estudiantes, padres y madres. Aún así hay personas que esperan exista un contrato, una promesa o una ineludible consecuencia para saber aceptar el compromiso.
Sin duda alguna, el compromiso es lo que trasforma una promesa en realidad, es la palabra que habla de valentía de nuestras intenciones, es la acción que habla más allá de las palabras, hacer tiempo cuando no lo hay, es cumplir con lo prometido cuando las circunstancias se ponen adversas para poder cambiar las cosas, es el triunfo diario sobre el escepticismo, es la base para procurar cualquier tipo de cambio. La clave de nuestros logros radica en la capacidad que poseemos en comprometernos a crear algo que no existía, hasta ese momento, lo único que puede producir cambios en una acción comprometida con un objetivo. A veces creemos que sólo podemos comprometernos, cuando un sentido común nos muestra lo que podemos crear más de lo mismo que tenemos y que no alcanza. El compromiso necesita darse en el territorio, de lo que no nos es posible todavía para que sea a través de él que podamos conseguir lo que todavía no tenemos.
Podemos decir que es un fenómeno universal, aunque para muchos sea sólo una palabra y transcurra de manera transparente su significado. El único lugar donde vive el compromiso es en el lenguaje que se manifiesta como una acción en nuestra manera de hablar y escribir. El compromiso está directamente relacionado con nuestra manera de estar en el mundo y de ser en el. Pensemos y reflexionemos, en aquellos compromisos que ineludiblemente son los más importantes-
Como Padre de Familia: los hijos necesitan que dediquen más de su tiempo para jugar, enseñar, convivir y, lo más importante, conversar. Parte del compromiso de ser padres no está sólo en los medios materiales, implica buscar la amistad de los hijos.
Como Hijos: además de la sinceridad, obediencia y la ayuda en el hogar, esfuerzo en los estudios, los padres necesitan cariño, comprensión, cuidados y pequeños servicios, los cuales no piden pero, sin embargo, estarían muy agradecidos de recibirlos.
Como Pareja: es indispensable el amor y la fidelidad como parte esencial del compromiso, la comunicación y las atenciones constantes con pequeños detalles que enriquecen la relación; no olvidemos que lo importante no es lo material, lo verdaderamente importante es el amor, un beso, una caricia, una flor o simplemente palabras dulces que hagan y halaguen su persona.
Como Amigos: recordemos que la amistad se cultiva y se fortalece tanto como cuidemos los pequeños detalles que la harán grandiosa; un saludo efusivo, una simple llamada telefónica, un correo electrónico o un simple detalle, tiempo para compartir juntos harán que esta amistad perdure mucho tiempo.
Como Ciudadanos: no ser indiferentes ante la situación del país sin hacer nada para combatirlo, se debe apoyar las campañas de prevención y programas que beneficien a todos, promover la seguridad, educación, deporte, recreación y salud. Sea un buen ciudadano, con sentido común, porque nada cambia, si tú no cambias.
Como trabajadores: la responsabilidad de cumplir de manera eficaz y eficiente con nuestras funciones, la puntualidad, el acatamiento a las normativas, practicar el auténtico ejercicio de compromiso institucional, con el sentido de pertenencia y la corresponsabilidad. Trabajar en equipo para solventar las contingencias, generar climas organizacionales óptimos que promuevan relaciones interpersonales asertivas.
Propongámonos a partir de mañana a asumir el COMPROMISO de ser mejores cada día, de aprovechar cada instante que nos da la vida, cada momento que nos ofrecen las personas que realmente nos quieren, sin dejar de recordar y cuidar todo aquello que nos hace ser felices, personas con principios fundamentales, responsables e íntegras. La reflexión final de este artículo “Yo soy responsable por algo que ocurrirá en el futuro, que no ocurrirá en ausencia de mi compromiso”, James Selmam. jemyrsch@gmail.com, @aquiyahoraech
martes, 4 de diciembre de 2012
PUBLICACIÓN DIARIO ULTIMA HORA. 15-11-2012. UNA SOCIEDAD PARA EL GENERAL JUAN GUILLERMO IRIBARREN.
Una sociedad para el General de Brigada Juan Guillermo Iribarren...
14/11/2012 | 5:55 PM
(ENEIDA CHIRINOS) Un hecho de notable trascendencia histórica para nuestro municipio Araure, se suscitó durante los últimos días del pasado mes de octubre, cuando se estuvieron juramentando en 215 instituciones del Nivel Media General del estado Portuguesa La Sociedad Iribarrense, una organización estudiantil ...
14/11/2012 | 5:55 PM
(ENEIDA CHIRINOS) Un hecho de notable trascendencia histórica para nuestro municipio Araure, se suscitó durante los últimos días del pasado mes de octubre, cuando se estuvieron juramentando en 215 instituciones del Nivel Media General del estado Portuguesa La Sociedad Iribarrense, una organización estudiantil ...
conformada
por los estudiantes de 4º y 5º año, cursantes de la asignatura
Instrucción Premilitar, con la finalidad de enaltecer el patriotismo y
lealtad a la patria del General Juan Guillermo Iribarren. Esta
iniciativa, de la cual soy fundadora y presidenta, forma parte de un
proyecto novedoso, ameno y didáctico con un abordaje sencillo de la
vida y obra de este prócer, en la cual se pretende crear los espacios
de difusión de la actuación de este joven araureño, así como la de
otros héroes o heroínas de Nuestra Independencia. La historia de una
nación, describe las acciones de hombres notables, que en un
determinado contexto histórico, geográfico y/o social, impulsados por
sus aspiraciones y actitudes, ofrendaron sus pensamientos, convicciones
y hasta su vida para consolidar un ideal que sobrepasa la significación
individual y colectiva; esta descripción constituye la semblanza de un
héroe. Nuestro país, le debe su libertad a muchos de éstos hombres que,
con gallarda valentía y sin egoísmos, se propusieron liberarnos del
yugo español, instaurando valores patrióticos y una profunda lealtad
hacia una tierra prodigiosa, con un gentilicio autóctono que se ha
enriquecido por la confluencia de etnias, y que ha sobrevivido a una
Guerra de Independencia para recuperar su nacionalidad y soberanía.
Nuestra percepción histórica magnánima del héroe o heroína es, sin duda, la de un hombre o mujer sin distinción de género que ha dado su vida por una noble misión en pro de un colectivo, así que día a día tenemos al frente a un héroe o heroína luchando por un ideal, que en tiempo y el espacio se quiere cristalizar; en fin, el logro de un sueño hecho realidad. La independencia, para muchos fue esta la motivación que les llevó a ofrendar a la patria, la vida, su vida. Uno de éstos próceres de Independencia, fue el General de Brigada Juan Guillermo Iribarren, nacido en la Villa de Araure, el 25 de Marzo de 1797, sus progenitores Don Juan Bautista Iribarren y Doña Margarita Chaquea, bautizado en la Iglesia Nuestra Señora del Pilar, inicia su carrera militar a los diecisiete años, atendiendo el llamado a la patria, combatiendo las Batallas de Ospino, Los Cocos, Banco Largo, Galeras de Ortíz y Carabobo, llenándose de honores y escalando posiciones por su fervoroso valor y tácticas militares, plasmado en acciones heroicas que le merecieron el reconocimiento del General José Antonio Páez al otorgarle el Escudo de Oro, con el lema “Arrojo Asombroso” (1817), y El Libertador Simón Bolívar “La Orden de los Libertadores” (1818). Muere a los treinta años de edad y hasta el día de su muerte, el 28 de Abril de 1827, se mantuvo al frente del Cuartel General en Calabozo como Comandante General del IV Distrito Militar. Su nombre está inscrito en el monumento erigido en la Conmemoración de la Batalla de Carabobo, junto con todos los próceres que participaron en este acontecimiento, que puso fin a los días de tiranía y despotismo. Representó uno de los próceres que con gallardía defendieron la patria en pos de la libertad. Sus restos deben reposar en el Panteón Nacional. Según el Decreto Nº 1.876 de Fecha 27-03-1874 del Presidente Antonio Guzmán Blanco.
A 215 años de su nacimiento, los araureños, portugueseños y Venezolanos estamos en deuda moral con este héroe de independencia poco conocido y que, por demás, no se ha reconocido como tal; es uno de los héroes invisibilizados de nuestra gesta emancipadora, de ahí que sostengo la tesis de apoyar iniciativas que privilegian fomentar y propiciar espacios en la educación de nuestros jóvenes, con los valores que promuevan una identificación con lo patriótico, desde la visión del colectivo. Exaltar la vida y obra del General de Brigada de Juan Guillermo Iribarren desde la Sociedad Iribarrense, es un paso en la consciencia colectiva de nuestra visión del mundo, de lo que podemos hacer por valorar nuestro pasado gloriosamente histórico, aún mas a 200 años de la Batalla de Araure, Juan Guillermo necesita ser reconocido y comentado en todos los hogares de todos los municipios, al igual que Bolívar, Sucre, Páez y Miranda, entre otros de especial interés histórico. Así que, desde nuestras aulas y hogares, propiciemos espacios para comentar y discutir para que, sin duda alguna, Juan Guillermo esté presente cada día en la memoria latente de la colectividad. La invitación es a sacar a Juan Guillermo Iribarren del olvido, y con orgullo entre pecho y espalda, desde nuestro corazón mostrárselo al mundo.
Agradecida a Dios y a todos por su apoyo en esta noble misión. Al Coronel Luis Monagas Carrillo, coordinador regional de la Comisión Permanente de Instrucción Premilitar; Cronista de Araure, Lcdo. Wilfredo Bolívar; Lcda. Rosaura Galeno, autoridad única de Educación; Prof. Wacner Galíndez, coordinador regional de Docentes de Instrucción Premilitar; Jefes de los 14 Municipios Escolares; Red de Historia Memoria y Patrimonio; Coordinadores Municipales; Instructores Militares; Docentes Asesores y Estudiantes de Educación Media General de la asignatura Instrucción Premilitar. Gracias por el cariño y afecto que nos ofrecieron en las visitas a los municipios de nuestro Estado llanero, surcos de tierra generosa y fértil, en los que sembramos la semilla de nuestro Juan Guillermo, y estamos seguros que el sentido de pertenencia, entusiasmo y optimismo, hará que se sustente y crezca en la formación de valores y patriotismo de todos los jóvenes. Finalmente, la frase que acompañó estas Jornadas Pedagógicas en la que participaron los catorce municipios Portugueseños. ¡Pronto Volveremos a recoger nuestros frutos de Patria y Ciudadanía! ¡Araureños… Hagamos Historia…! arrojoasombroso@gmail.com, @aquiyahoraech
Nuestra percepción histórica magnánima del héroe o heroína es, sin duda, la de un hombre o mujer sin distinción de género que ha dado su vida por una noble misión en pro de un colectivo, así que día a día tenemos al frente a un héroe o heroína luchando por un ideal, que en tiempo y el espacio se quiere cristalizar; en fin, el logro de un sueño hecho realidad. La independencia, para muchos fue esta la motivación que les llevó a ofrendar a la patria, la vida, su vida. Uno de éstos próceres de Independencia, fue el General de Brigada Juan Guillermo Iribarren, nacido en la Villa de Araure, el 25 de Marzo de 1797, sus progenitores Don Juan Bautista Iribarren y Doña Margarita Chaquea, bautizado en la Iglesia Nuestra Señora del Pilar, inicia su carrera militar a los diecisiete años, atendiendo el llamado a la patria, combatiendo las Batallas de Ospino, Los Cocos, Banco Largo, Galeras de Ortíz y Carabobo, llenándose de honores y escalando posiciones por su fervoroso valor y tácticas militares, plasmado en acciones heroicas que le merecieron el reconocimiento del General José Antonio Páez al otorgarle el Escudo de Oro, con el lema “Arrojo Asombroso” (1817), y El Libertador Simón Bolívar “La Orden de los Libertadores” (1818). Muere a los treinta años de edad y hasta el día de su muerte, el 28 de Abril de 1827, se mantuvo al frente del Cuartel General en Calabozo como Comandante General del IV Distrito Militar. Su nombre está inscrito en el monumento erigido en la Conmemoración de la Batalla de Carabobo, junto con todos los próceres que participaron en este acontecimiento, que puso fin a los días de tiranía y despotismo. Representó uno de los próceres que con gallardía defendieron la patria en pos de la libertad. Sus restos deben reposar en el Panteón Nacional. Según el Decreto Nº 1.876 de Fecha 27-03-1874 del Presidente Antonio Guzmán Blanco.
A 215 años de su nacimiento, los araureños, portugueseños y Venezolanos estamos en deuda moral con este héroe de independencia poco conocido y que, por demás, no se ha reconocido como tal; es uno de los héroes invisibilizados de nuestra gesta emancipadora, de ahí que sostengo la tesis de apoyar iniciativas que privilegian fomentar y propiciar espacios en la educación de nuestros jóvenes, con los valores que promuevan una identificación con lo patriótico, desde la visión del colectivo. Exaltar la vida y obra del General de Brigada de Juan Guillermo Iribarren desde la Sociedad Iribarrense, es un paso en la consciencia colectiva de nuestra visión del mundo, de lo que podemos hacer por valorar nuestro pasado gloriosamente histórico, aún mas a 200 años de la Batalla de Araure, Juan Guillermo necesita ser reconocido y comentado en todos los hogares de todos los municipios, al igual que Bolívar, Sucre, Páez y Miranda, entre otros de especial interés histórico. Así que, desde nuestras aulas y hogares, propiciemos espacios para comentar y discutir para que, sin duda alguna, Juan Guillermo esté presente cada día en la memoria latente de la colectividad. La invitación es a sacar a Juan Guillermo Iribarren del olvido, y con orgullo entre pecho y espalda, desde nuestro corazón mostrárselo al mundo.
Agradecida a Dios y a todos por su apoyo en esta noble misión. Al Coronel Luis Monagas Carrillo, coordinador regional de la Comisión Permanente de Instrucción Premilitar; Cronista de Araure, Lcdo. Wilfredo Bolívar; Lcda. Rosaura Galeno, autoridad única de Educación; Prof. Wacner Galíndez, coordinador regional de Docentes de Instrucción Premilitar; Jefes de los 14 Municipios Escolares; Red de Historia Memoria y Patrimonio; Coordinadores Municipales; Instructores Militares; Docentes Asesores y Estudiantes de Educación Media General de la asignatura Instrucción Premilitar. Gracias por el cariño y afecto que nos ofrecieron en las visitas a los municipios de nuestro Estado llanero, surcos de tierra generosa y fértil, en los que sembramos la semilla de nuestro Juan Guillermo, y estamos seguros que el sentido de pertenencia, entusiasmo y optimismo, hará que se sustente y crezca en la formación de valores y patriotismo de todos los jóvenes. Finalmente, la frase que acompañó estas Jornadas Pedagógicas en la que participaron los catorce municipios Portugueseños. ¡Pronto Volveremos a recoger nuestros frutos de Patria y Ciudadanía! ¡Araureños… Hagamos Historia…! arrojoasombroso@gmail.com, @aquiyahoraech
Ultima Hora Digital. Columna Aqui y Ahora. Valentía y fortaleza ¡aceptar la realidad! 04/12/2012 |
Valentía y fortaleza ¡aceptar la realidad!
03/12/2012 | 7:24 PM
(ENEIDA CHIRINOS)
Vivir en la verdad puede parecernos una meta idealista; sin embargo, la más humilde de las acciones -el aceptar la realidad tal cual es, antes de reaccionar ante ella- nos acerca enormemente a la verdad. De hecho, aceptar la realidad es ya una manera vivir en la verdad.
Imaginemos que alguien recorriendo un camino rural llega a un abismo y descubre que el puente que allí había se ha derrumbado. A nadie se le ocurre ni quedarse allí indefinidamente lamentándose y exigiendo al gobierno que lo reconstruya; ni tampoco intentar atravesar el abismo por donde debería estar el puente y caer al vacío solo porque “no puedo aceptar que el puente no esté ahí”. Todo el mundo, tras refunfuñar un rato, comprende que debe dar un rodeo y sigue el camino.
Esto, que es tan obvio referido a esta historia, parece no serlo tanto en la mayoría de las cosas de la vida, ya que las personas sufrimos infinitamente, nos hacemos y hacemos daño, perdemos tiempo y energía tratando de forzar a la realidad para que sea como nosotros creemos que debe ser (que es “casualmente “como nos gustaría que fuera).
Las personas solemos proceder igual que en el ejemplo del puente, nos quedamos indefinidamente lamentándonos y exigiendo que se cumpla nuestra voluntad -¡Para eso tenemos razón!- e incluso tratamos de pasar por donde no se puede y fracasamos una y otra vez.
Gran parte de la confusión y el dolor lleva a la gente a preguntarse ¿cómo me puede pasar esto a mí?... ¿Por qué se comporta así? entre un sinfín de otras interrogantes, que se deriva en acciones muy parecidas al ejemplo, ya que la primera fuente de dolor y sufrimiento, es nuestra ignorancia sobre el funcionamiento de la realidad y las leyes que la rigen (lo que se denomina “dharma”).
Es imprescindible aceptar la realidad tal cual es, para a continuación elaborar una estrategia inteligente ante ella. En el caso del puente, por ejemplo, podemos buscar otro camino o ponernos a trabajar en su reconstrucción, pero sólo después de haber aceptado que ya no está y, por supuesto, sin negar este hecho ni precipitarnos al abismo sólo porque allí debería estar el puente.
Aceptar la realidad no es negarse a transformarla (esto es muy importante entenderlo), aceptar la realidad es la única forma de transformarla eficientemente, ya que de lo contrario no conoceremos adecuadamente qué es lo que estamos transformando. Además, sólo
“transformaremos” en el caso que veamos que ésta es la mejor opción, cosa que sólo podremos decidir adecuadamente si no reaccionamos visceralmente queriendo transformar antes de comprender.
Así tenemos, que el que decidió cambiar su camino al descubrir el puente caído, le sucedió que a causa de este imprevisto se encontró con personas y le pasaron cosas que fueron muy beneficiosas para él, y que no le hubieran pasado si hubiera seguido el camino que tenía previsto. Cosas similares podrían sucederle a aquel que se quedó a reconstruir el puente, y esto es así, porque muchas veces la suerte elige estos imprevistos para enriquecer nuestra vida y nuestras oportunidades.
No nos precipitemos, pues actuar de modo irreflexivo bajo la falsa concepción de que actuar es siempre lo mejor, porque de lo contrario podríamos ser unos “pasivos”, aceptemos previamente que, aquí y ahora, las cosas son tal y como son, nos guste más o nos guste menos, debiera o no debiera ser así, sea justo o injusto, entre otros, y después permitamos a nuestra sabiduría, a nuestro buen juicio y a nuestra intuición, elegir el camino más provechoso, sea éste una decidida acción transformadora o sea el camino de la no-acción. De este modo, fluiremos armoniosamente con el concierto universal y veremos como todo va encajando. Además, descubriremos asombrados cómo muchas veces lo que parecía malo termina siendo lo mejor, y lo que creíamos que era un inconveniente termina siendo de gran beneficio, pero sobre todo veremos despertar en nosotros la certeza de que esta actitud es infinitamente más madura y acertada que la anterior, e inclusive recordaremos como una pesadilla de ansiedad y confusión, a épocas anteriores cuando reaccionábamos visceralmente ante todo, aunque por entonces creíamos actuar correctamente y ser personas activas y con “empuje”.
La reflexión para este artículo es la Oración por la Serenidad: “Dios, dame la serenidad de aceptar las cosas que no puedo cambiar; Valor para cambiar las cosas que puedo; y Sabiduría para conocer la diferencia. Viviendo un día a la vez; disfrutando un momento a la vez; aceptando dificultades como el camino a la paz”.
jemyrsch@gmail.com
jemyrsch@hotmail.com
Vivir en la verdad puede parecernos una meta idealista; sin embargo, la más humilde de las acciones -el aceptar la realidad tal cual es, antes de reaccionar ante ella- nos acerca enormemente a la verdad. De hecho, aceptar la realidad es ya una manera vivir en la verdad.
Imaginemos que alguien recorriendo un camino rural llega a un abismo y descubre que el puente que allí había se ha derrumbado. A nadie se le ocurre ni quedarse allí indefinidamente lamentándose y exigiendo al gobierno que lo reconstruya; ni tampoco intentar atravesar el abismo por donde debería estar el puente y caer al vacío solo porque “no puedo aceptar que el puente no esté ahí”. Todo el mundo, tras refunfuñar un rato, comprende que debe dar un rodeo y sigue el camino.
Esto, que es tan obvio referido a esta historia, parece no serlo tanto en la mayoría de las cosas de la vida, ya que las personas sufrimos infinitamente, nos hacemos y hacemos daño, perdemos tiempo y energía tratando de forzar a la realidad para que sea como nosotros creemos que debe ser (que es “casualmente “como nos gustaría que fuera).
Las personas solemos proceder igual que en el ejemplo del puente, nos quedamos indefinidamente lamentándonos y exigiendo que se cumpla nuestra voluntad -¡Para eso tenemos razón!- e incluso tratamos de pasar por donde no se puede y fracasamos una y otra vez.
Gran parte de la confusión y el dolor lleva a la gente a preguntarse ¿cómo me puede pasar esto a mí?... ¿Por qué se comporta así? entre un sinfín de otras interrogantes, que se deriva en acciones muy parecidas al ejemplo, ya que la primera fuente de dolor y sufrimiento, es nuestra ignorancia sobre el funcionamiento de la realidad y las leyes que la rigen (lo que se denomina “dharma”).
Es imprescindible aceptar la realidad tal cual es, para a continuación elaborar una estrategia inteligente ante ella. En el caso del puente, por ejemplo, podemos buscar otro camino o ponernos a trabajar en su reconstrucción, pero sólo después de haber aceptado que ya no está y, por supuesto, sin negar este hecho ni precipitarnos al abismo sólo porque allí debería estar el puente.
Aceptar la realidad no es negarse a transformarla (esto es muy importante entenderlo), aceptar la realidad es la única forma de transformarla eficientemente, ya que de lo contrario no conoceremos adecuadamente qué es lo que estamos transformando. Además, sólo
“transformaremos” en el caso que veamos que ésta es la mejor opción, cosa que sólo podremos decidir adecuadamente si no reaccionamos visceralmente queriendo transformar antes de comprender.
Así tenemos, que el que decidió cambiar su camino al descubrir el puente caído, le sucedió que a causa de este imprevisto se encontró con personas y le pasaron cosas que fueron muy beneficiosas para él, y que no le hubieran pasado si hubiera seguido el camino que tenía previsto. Cosas similares podrían sucederle a aquel que se quedó a reconstruir el puente, y esto es así, porque muchas veces la suerte elige estos imprevistos para enriquecer nuestra vida y nuestras oportunidades.
No nos precipitemos, pues actuar de modo irreflexivo bajo la falsa concepción de que actuar es siempre lo mejor, porque de lo contrario podríamos ser unos “pasivos”, aceptemos previamente que, aquí y ahora, las cosas son tal y como son, nos guste más o nos guste menos, debiera o no debiera ser así, sea justo o injusto, entre otros, y después permitamos a nuestra sabiduría, a nuestro buen juicio y a nuestra intuición, elegir el camino más provechoso, sea éste una decidida acción transformadora o sea el camino de la no-acción. De este modo, fluiremos armoniosamente con el concierto universal y veremos como todo va encajando. Además, descubriremos asombrados cómo muchas veces lo que parecía malo termina siendo lo mejor, y lo que creíamos que era un inconveniente termina siendo de gran beneficio, pero sobre todo veremos despertar en nosotros la certeza de que esta actitud es infinitamente más madura y acertada que la anterior, e inclusive recordaremos como una pesadilla de ansiedad y confusión, a épocas anteriores cuando reaccionábamos visceralmente ante todo, aunque por entonces creíamos actuar correctamente y ser personas activas y con “empuje”.
La reflexión para este artículo es la Oración por la Serenidad: “Dios, dame la serenidad de aceptar las cosas que no puedo cambiar; Valor para cambiar las cosas que puedo; y Sabiduría para conocer la diferencia. Viviendo un día a la vez; disfrutando un momento a la vez; aceptando dificultades como el camino a la paz”.
jemyrsch@gmail.com
jemyrsch@hotmail.com
domingo, 14 de octubre de 2012
PUBLICACIÓN DIARIO EL REGIONAL. CUÉNTALOS... ¡CUENTOS. MITOS Y LEYENDAS! 26-12-2011
¡Si te gusta que te los cuenten¦! ¡Cuéntalos tú también!
De cómo Panchito Mandefúa cenó con el Niño Jesús. José Rafael Pocaterra. Adaptación Fedosy Santaella
Era un niño alegre, feliz, una flor que creció sobre el asfalto. Corría alegre calle abajo, calle arriba con su fuerza y su energía de nueve años. Vestía con una chaqueta de bolsillos profundos que se encontró por ahí, y cargaba un bolsito pequeño donde metía sus más preciados objetos: trompos, cordeles, chapitas, un carrito de plástico; tonterías que cuando las ponía a jugar con su imaginación lo alejaban de las noches frías y de los días de lluvia, y de hambre y de la soledad de las calles de la gran capital, de la Caracas que nunca se acaba. Hasta cerca de medianoche estuvo dando vueltas por la ciudad, vendiendo sus boletos en las grandes avenidas, frente a las puertas de los hoteles más lujosos y de los cines de moda y en el bulevar de Sabana Grande, gritando todo el tiempo, chillón, desvergonzado, alegre: – Aquí lo cargooo¦ ¡El boleto que nunca falla ni fallando, el boleto ganador, el archipetaquiremandefuá¦!
El día fue bueno, pues logró vender todos los boletos, y ahora Panchito se comía feliz una arepa con lo que le tocaba de las ventas. Allí estaba, dándose el gusto, apartado de aquellos que no precisamente andaban pendientes de comer, sino más bien de meterse en los bares y ponerse incluso groseros y peleones. Pero él estaba tranquilo, mientras comía su arepa de carne mechada y le echaba una mirada al periódico del día. Porque sí, Panchito había ido alguna vez a la escuela y había aprendido a leer. Después, cuando su mamá lo sacó a la calle a pedir, él tuvo que dejar de estudiar. Eso sí, como pedir limosna no le gustaba, se dio a la tarea de buscar trabajo. Panchito quiso vender periódicos, pero no le resultó. Los encargados le quitaron la venta porque le ponía la famosa frase a las más graves noticias de la guerra, a los accidentes de tránsito y a las denuncias de corrupción política:
- Mira, hijito – le dijeron – mejor es que no saques el periódico. Tú eres muy, y eso es demasiado para nosotros. Porque así es. Panchito tenía apellido, y éste era Mandefuá, apellido original y hermoso que le gustaba más que el verdadero (que nunca usaba) porque era obra de él mismo. Llevaba aquel Mandefuá con tanto orgullo como cualquier príncipe su nombre, apellidos y títulos de nobleza, y así andaba diciéndole a todos que él era, nada más y nada menos que Panchito Mandefuá. Pero Panchito era menos ambicioso que un príncipe, y se conformaba con su arepa y su trabajo de vendedor de boletos de lotería. – Este sí es el ganador, un boleto bien mandefuá – decía. Ah, pero también tenía sus gustos. Entre sus placeres más refinados estaba ir a la una de la tarde, siempre por la sombra de los edificios, a situarse perfectamente bajo la oreja de un señor gordo, lento y pacífico. Era uno de esos empleados de ministerio que se sentaba en un banquito de la plaza después del almuerzo, a ver pasar el mundo con toda su paciencia.
- Este es el boleto ganador, un boleto bien mandefuá! – gritaba con todas sus ganas. – ¡Muchacho, que siempre me gritas al oído! Y Panchito, echando a correr, le volvía a gritar: – Este es el boleto premiado, me lo debería comprar, maestro!También le gustaba ir al cine, pero hacía tiempo que no lo dejaban entrar aunque tuviera la plata, porque ahí mismo le adivinaban que era un niño de la calle y le ponían mala cara. ¡Qué mala suerte la de Panchito Mandefuá! que, sin embargo, feliz de la vida, les gritaba al alejarse: – ¡Pues tampoco quería verla! ¡Porque para que a mí me guste una película debe ser muy crema, muy archipetaquiremandefuá! Panchito iba una tarde calle arriba pregonando un número premiado como si lo estuviese viendo por adelantado, y de pronto se detuvo ante una rueda niños. Venía distraído contemplando una vidriera donde se exhibían aeroplanos, barcos, una caja de soldados, un automóvil y una bicicleta¦ Y de paso estuvo un rato contemplando la vidriera de un café llamado La India, a través de la cual se exhibían pirámides de bombones, pastelitos y unos dulces brillantes como estrellas.
Pero volvamos al momento. En medio de aquella rueda de muchachos alborotados, vio a una muchachita sucia que lloraba mientras contemplaba regada en la acera una bandeja de dulces. Como moscas, cinco o seis granujas se habían lanzado sobre los ponqués y los fragmentos de quesillo llenos de polvo. La niña lloraba desesperada, pues temía un castigo. Panchito estaba de buen humor: había vendido muchos boletos. Con ese dinero había podido comer, y hasta comprar dulces. Y con el dinero que le quedaba había planeado ir al circo, puesto que allí sí lo dejaban entrar, y hasta comería hallacas y pan de jamón. Con ese dinero iba a pasar una Nochebuena excelente. Así que con su buen humor a cuestas, Panchito se acercó a la pobre muchacha, que lloraba, mientras los granujas seguían comiendo sus dulces y chupándose los dedos¦ Llegó un agente de la policía y todos corrieron, menos ellos dos. -¿Qué fue, qué pasó? ¿Cuál es el desorden? La niña respondió toda desconsolada: – Que yo llevada esta bandeja para la casa donde sirvo, que hay cena allá esta noche, y me tropecé y se me cayó y me pueden echar¦ Algunos transeúntes detenidos se encogieron de hombros y continuaron. – Bueno, bueno, sigan su camino, pues – les ordenó el policía. Panchito se fue detrás de la llorosa. – Oye, ¿Cómo te llamas tú?
La niña se detuvo a su vez, secándose el llanto. -¿Yo?, Margarita. -¿Y ese dulce era de tu mamá? -Yo no tengo mamá. -¿Y papá? – Tampoco. -¿Con quién vives tú? -Vivía con una tía que me consiguió el trabajo en la casa en que estoy. -¿Y trabajas? ¿Te pagan? -¿Me pagan qué? Panchito sonrió con ironía, con superioridad. – Gua, tu trabajo. Al que trabaja se le paga, ¿no lo sabías? Margarita entonces protestó vivamente: – Me dan la comida, la ropa y una de las niñas me enseña, pero es muy brava. -¿Qué te enseña? – A leer¦ Yo sé leer, ¿tú no sabes? Y Panchito dijo orgulloso, aunque en el fondo aquello de leer no le parecía gran cosa:
- Uf, claro, sé leer de todo. Leo periódicos, revistas, los carteles que están pegados en las paredes y hasta libros. También sé vender billetes de lotería y gano para ir al circo y comer las arepas que me gustan. – Está bien, pero yo no tengo dinero, y se me cayeron todos los dulces de la bandeja – dijo con tristeza la niña, bajando la cabecita enmarañada. -¿Y cuánto botaste? – ¡Uy, mucho dinero! – y le alargó un papelito sucio donde se veía lo que habían costado los dulces. En el rostro de Panchito se dibujó una gran sonrisa, le quitó la bandeja a Margarita y dijo: – ¡Espérate, no te muevas, ya vengo! – Y echó a correr. Un cuarto de hora más tarde volvió: – Mira: esto fue lo que se te cayó, ¿no es así? Los ojitos de la niña brillaron y una sonrisa le iluminó la carita sucia. Estaba feliz. ¦ eso! Fue a tomar la bandeja, pero él la detuvo: – ¡No! Yo tengo más fuerza, yo te la llevo. – Es que es lejos – dijo tímida. – ¡No importa!
Panchito le contó que él tampoco tenía familia, que le encantaba ver películas de detectives y que podrían comerse un dulce juntos. – Yo tengo dinero, ¿sabes? – Y sacudió el bolsillo de su chaqueta, donde sonaron las monedas. Y los dos pequeños se echaron a andar. Apenas si se dieron cuenta de que llegaban, de tan entretenidos que iban comiendo dulce. – Aquí es. Dame – dijo la niña. Panchito le entregó la bandeja. Se quedaron viéndose a los ojos: -¿Como te pago yo? – preguntó Margarita con tristeza tímida. Panchito se puso colorado y balbuceó: – Si me das un beso. – ¡No, no! ¡Es malo! – ¿Por qué?… – Gua, porque sí¦ Pero no era Panchito Mandefuá a quien se convencía con razones como ésta; y la sujetó por los hombros y le pegó un par de besos llenos de travesura y del dulce que compartían.
- ¡Mira que grito si me vuelves a besar! – dijo ella, roja como una rosa. De la emoción, por poco tira otra vez la dichosa bandeja llena de dulces. – Ya está, pues, ya está. No te voy volver a besar – dijo Panchito. De repente se abrió la puerta de la casa donde vivía Margarita. Un rostro de solterona fea y vieja apareció. – Muy bonito. El par de vagabundos éstos! – dijo enojada la doña. El chico echó a correr. A su espalda, la señora regañaba a la niña mientras la metía a la casa. – Pero Dios mío, ¡qué criaturas éstas que no tienen edad y ya están pensando en darse besos! Ahora le quedaba el dinero justo para el circo y para la cena. No le sobrarían más monedas para el día siguiente. Nada más le alcanzaría para la Nochebuena, y es que después de pagar los dulces de la niña¦ ¡Quién lo mandaba a estar ayudando a nadie! Sin embargo, a pesar de la tristeza, de que no podría guardar para después, Panchito sentía una loca alegría interior. No olvidaba, en medio de su desastre financiero, los ojos mansos y tristes de Margarita. ¡Qué diablos! El día de gastar se gasta lo que hay que gastar, así de lo más archipetaquimandefuá.
A las nueve salió del circo. Iba pensando en el menú: hallacas, un juguito, un café con leche, tostadas de chicharrón, un pan de jamón. ¡Su famosa cena! Cuando cruzaba en una esquina, se escuchó un cornetazo brusco, un golpe de viento fuerte, y Panchito Mandefuá ya no estaba en la esquina dando un salto vivaz o siquiera en pie. No, Panchito ya no caminaba, ya no estaba ni siquiera en este mundo ¦ – ¿Qué pasó? ¿Qué pasó allí? – preguntaron unos transeúntes. – Que un auto atropelló a un muchacho de la calle¦ – ¿Quién?, ¿Cómo se llama? – ¡No sé su nombre! – informó alguien -. Pero yo lo he visto, eso sí. Era un muchacho de esos que venden lotería. En otra parte, lejos de allí, Panchito Mandefuá andaba con su chaqueta, ahora toda brillante, magnífica, como recién salida de la lavandería. Se le veía feliz, sonriente. ¡Pero claro! Se había ido a cenar al cielo, invitado por el Niño Jesús.
De cómo Panchito Mandefúa cenó con el Niño Jesús. José Rafael Pocaterra. Adaptación Fedosy Santaella
Era un niño alegre, feliz, una flor que creció sobre el asfalto. Corría alegre calle abajo, calle arriba con su fuerza y su energía de nueve años. Vestía con una chaqueta de bolsillos profundos que se encontró por ahí, y cargaba un bolsito pequeño donde metía sus más preciados objetos: trompos, cordeles, chapitas, un carrito de plástico; tonterías que cuando las ponía a jugar con su imaginación lo alejaban de las noches frías y de los días de lluvia, y de hambre y de la soledad de las calles de la gran capital, de la Caracas que nunca se acaba. Hasta cerca de medianoche estuvo dando vueltas por la ciudad, vendiendo sus boletos en las grandes avenidas, frente a las puertas de los hoteles más lujosos y de los cines de moda y en el bulevar de Sabana Grande, gritando todo el tiempo, chillón, desvergonzado, alegre: – Aquí lo cargooo¦ ¡El boleto que nunca falla ni fallando, el boleto ganador, el archipetaquiremandefuá¦!
El día fue bueno, pues logró vender todos los boletos, y ahora Panchito se comía feliz una arepa con lo que le tocaba de las ventas. Allí estaba, dándose el gusto, apartado de aquellos que no precisamente andaban pendientes de comer, sino más bien de meterse en los bares y ponerse incluso groseros y peleones. Pero él estaba tranquilo, mientras comía su arepa de carne mechada y le echaba una mirada al periódico del día. Porque sí, Panchito había ido alguna vez a la escuela y había aprendido a leer. Después, cuando su mamá lo sacó a la calle a pedir, él tuvo que dejar de estudiar. Eso sí, como pedir limosna no le gustaba, se dio a la tarea de buscar trabajo. Panchito quiso vender periódicos, pero no le resultó. Los encargados le quitaron la venta porque le ponía la famosa frase
- Mira, hijito – le dijeron – mejor es que no saques el periódico. Tú eres muy
- Este es el boleto ganador, un boleto bien mandefuá! – gritaba con todas sus ganas. – ¡Muchacho, que siempre me gritas al oído! Y Panchito, echando a correr, le volvía a gritar: – Este es el boleto premiado, me lo debería comprar, maestro!También le gustaba ir al cine, pero hacía tiempo que no lo dejaban entrar aunque tuviera la plata, porque ahí mismo le adivinaban que era un niño de la calle y le ponían mala cara. ¡Qué mala suerte la de Panchito Mandefuá! que, sin embargo, feliz de la vida, les gritaba al alejarse: – ¡Pues tampoco quería verla! ¡Porque para que a mí me guste una película debe ser muy crema, muy archipetaquiremandefuá! Panchito iba una tarde calle arriba pregonando un número premiado como si lo estuviese viendo por adelantado, y de pronto se detuvo ante una rueda niños. Venía distraído contemplando una vidriera donde se exhibían aeroplanos, barcos, una caja de soldados, un automóvil y una bicicleta¦ Y de paso estuvo un rato contemplando la vidriera de un café llamado La India, a través de la cual se exhibían pirámides de bombones, pastelitos y unos dulces brillantes como estrellas.
Pero volvamos al momento. En medio de aquella rueda de muchachos alborotados, vio a una muchachita sucia que lloraba mientras contemplaba regada en la acera una bandeja de dulces. Como moscas, cinco o seis granujas se habían lanzado sobre los ponqués y los fragmentos de quesillo llenos de polvo. La niña lloraba desesperada, pues temía un castigo. Panchito estaba de buen humor: había vendido muchos boletos. Con ese dinero había podido comer, y hasta comprar dulces. Y con el dinero que le quedaba había planeado ir al circo, puesto que allí sí lo dejaban entrar, y hasta comería hallacas y pan de jamón. Con ese dinero iba a pasar una Nochebuena excelente. Así que con su buen humor a cuestas, Panchito se acercó a la pobre muchacha, que lloraba, mientras los granujas seguían comiendo sus dulces y chupándose los dedos¦ Llegó un agente de la policía y todos corrieron, menos ellos dos. -¿Qué fue, qué pasó? ¿Cuál es el desorden? La niña respondió toda desconsolada: – Que yo llevada esta bandeja para la casa donde sirvo, que hay cena allá esta noche, y me tropecé y se me cayó y me pueden echar¦ Algunos transeúntes detenidos se encogieron de hombros y continuaron. – Bueno, bueno, sigan su camino, pues – les ordenó el policía. Panchito se fue detrás de la llorosa. – Oye, ¿Cómo te llamas tú?
La niña se detuvo a su vez, secándose el llanto. -¿Yo?, Margarita. -¿Y ese dulce era de tu mamá? -Yo no tengo mamá. -¿Y papá? – Tampoco. -¿Con quién vives tú? -Vivía con una tía que me consiguió el trabajo en la casa en que estoy. -¿Y trabajas? ¿Te pagan? -¿Me pagan qué? Panchito sonrió con ironía, con superioridad. – Gua, tu trabajo. Al que trabaja se le paga, ¿no lo sabías? Margarita entonces protestó vivamente: – Me dan la comida, la ropa y una de las niñas me enseña, pero es muy brava. -¿Qué te enseña? – A leer¦ Yo sé leer, ¿tú no sabes? Y Panchito dijo orgulloso, aunque en el fondo aquello de leer no le parecía gran cosa:
- Uf, claro, sé leer de todo. Leo periódicos, revistas, los carteles que están pegados en las paredes y hasta libros. También sé vender billetes de lotería y gano para ir al circo y comer las arepas que me gustan. – Está bien, pero yo no tengo dinero, y se me cayeron todos los dulces de la bandeja – dijo con tristeza la niña, bajando la cabecita enmarañada. -¿Y cuánto botaste? – ¡Uy, mucho dinero! – y le alargó un papelito sucio donde se veía lo que habían costado los dulces. En el rostro de Panchito se dibujó una gran sonrisa, le quitó la bandeja a Margarita y dijo: – ¡Espérate, no te muevas, ya vengo! – Y echó a correr. Un cuarto de hora más tarde volvió: – Mira: esto fue lo que se te cayó, ¿no es así? Los ojitos de la niña brillaron y una sonrisa le iluminó la carita sucia. Estaba feliz. ¦ eso! Fue a tomar la bandeja, pero él la detuvo: – ¡No! Yo tengo más fuerza, yo te la llevo. – Es que es lejos – dijo tímida. – ¡No importa!
Panchito le contó que él tampoco tenía familia, que le encantaba ver películas de detectives y que podrían comerse un dulce juntos. – Yo tengo dinero, ¿sabes? – Y sacudió el bolsillo de su chaqueta, donde sonaron las monedas. Y los dos pequeños se echaron a andar. Apenas si se dieron cuenta de que llegaban, de tan entretenidos que iban comiendo dulce. – Aquí es. Dame – dijo la niña. Panchito le entregó la bandeja. Se quedaron viéndose a los ojos: -¿Como te pago yo? – preguntó Margarita con tristeza tímida. Panchito se puso colorado y balbuceó: – Si me das un beso. – ¡No, no! ¡Es malo! – ¿Por qué?… – Gua, porque sí¦ Pero no era Panchito Mandefuá a quien se convencía con razones como ésta; y la sujetó por los hombros y le pegó un par de besos llenos de travesura y del dulce que compartían.
- ¡Mira que grito si me vuelves a besar! – dijo ella, roja como una rosa. De la emoción, por poco tira otra vez la dichosa bandeja llena de dulces. – Ya está, pues, ya está. No te voy volver a besar – dijo Panchito. De repente se abrió la puerta de la casa donde vivía Margarita. Un rostro de solterona fea y vieja apareció. – Muy bonito. El par de vagabundos éstos! – dijo enojada la doña. El chico echó a correr. A su espalda, la señora regañaba a la niña mientras la metía a la casa. – Pero Dios mío, ¡qué criaturas éstas que no tienen edad y ya están pensando en darse besos! Ahora le quedaba el dinero justo para el circo y para la cena. No le sobrarían más monedas para el día siguiente. Nada más le alcanzaría para la Nochebuena, y es que después de pagar los dulces de la niña¦ ¡Quién lo mandaba a estar ayudando a nadie! Sin embargo, a pesar de la tristeza, de que no podría guardar para después, Panchito sentía una loca alegría interior. No olvidaba, en medio de su desastre financiero, los ojos mansos y tristes de Margarita. ¡Qué diablos! El día de gastar se gasta lo que hay que gastar, así de lo más archipetaquimandefuá.
A las nueve salió del circo. Iba pensando en el menú: hallacas, un juguito, un café con leche, tostadas de chicharrón, un pan de jamón. ¡Su famosa cena! Cuando cruzaba en una esquina, se escuchó un cornetazo brusco, un golpe de viento fuerte, y Panchito Mandefuá ya no estaba en la esquina dando un salto vivaz o siquiera en pie. No, Panchito ya no caminaba, ya no estaba ni siquiera en este mundo ¦ – ¿Qué pasó? ¿Qué pasó allí? – preguntaron unos transeúntes. – Que un auto atropelló a un muchacho de la calle¦ – ¿Quién?, ¿Cómo se llama? – ¡No sé su nombre! – informó alguien -. Pero yo lo he visto, eso sí. Era un muchacho de esos que venden lotería. En otra parte, lejos de allí, Panchito Mandefuá andaba con su chaqueta, ahora toda brillante, magnífica, como recién salida de la lavandería. Se le veía feliz, sonriente. ¡Pero claro! Se había ido a cenar al cielo, invitado por el Niño Jesús.
Pocaterra José Rafael. Novelista, memorialista, ensayista y poeta venezolano, nacido en Valencia (Carabobo) y muerto en Montreal (Canadá). Es una de las diez figuras centrales de la literatura venezolana. Y figura más que prominente dentro del cuento, ya que sus Cuentos grotescos (1922) constituyen una obra fundamental de la narración corta cultivada en ese país, obra obligatoria y de vasta influencia en las generaciones posteriores. Pocaterra se inició cultivando la novela, entre las cuales se destacan Vidas oscuras (1916) y La casa de los Aíbila (1946), y tuvo el mérito de captar críticamente muchos aspectos de la vida venezolana de su tiempo, ateniéndose siempre a las paradojas de su apotegma literario: “Mis personajes piensan en venezolano y como tengo la desgracia de obrar en venezolano, hablar en venezolano, y como tengo la desgracia de no ser nieto de Barbey d’Aurevilly o hijo del Cisne Lascivo, es justo que se me considere, y lo deseo en extremo, fuera de la literatura”, palabras que puso al frente de su primera novela, Política feminista, de 1913, publicada nuevamente en Madrid, en 1916, con el título El doctor Bebé. Con todo, a pesar de la importancia de su labor como cuentista, la parte más singular de su obra literaria la constituyen sus libros de memorias. De allí que sus Memorias de un venezolano de la decadencia (escritas en la cárcel entre 1920 y 1921) constituyen su obra mayor; es un largo alegato político, escrito en buena parte en la prisión que sufrió como consecuencia de su participación en un levantamiento militar contra Juan Vicente Gómez. Pero las Memorias no importan solamente por su intención política, sino también por su magnífica prosa, hecho que las convierte en uno de los grandes libros de la literatura venezolana. Entre otras obras de José Rafael Pocaterra figuran Vidas oscuras (1915) y Tierra del Sol amada (1918). Deben mencionarse sus colaboraciones en el periódico Caín, órgano de la oposición al gobierno de Cipriano Castro, y en El Fonógrafo, de Maracaibo. Dirigió además la revista Caracteres. Entre sus influencias literarias se cuentan mile Zola, Maksim Gorki, Eí§a de Queirós y Guy de Maupassant.
sábado, 6 de octubre de 2012
Logros compartidos ¡somos un equipo de trabajo!
Logros compartidos ¡somos un equipo de trabajo!
05/10/2012 | 7:48 PM
(ENEIDA CHIRINOS) PUBLICACIÓN COLUMNA AQUÍ Y AHORA. DIARIO "ULTIMA HORA" 06-10-2012
La idea de trabajo en equipo, es una idea que existe desde el momento en que el ser humano comenzó a vivir en sociedades y requirió para ello la colaboración de todos los miembros de una comunidad. En la actualidad, el concepto está muy relacionado con las dinámicas de trabajo grupal de diferentes ámbitos y áreas como el laboral, el estudiantil, incluso, el familiar.
La importancia del trabajo en equipo surge, entonces, por el hecho de que se considera que mientras más personas se aboquen de manera comprometida en la realización de una actividad, mejores y más efectivos serán los resultados. Es muy común, encontrar la idea de trabajo en equipo especialmente en los ámbitos laborales, en los que grupos de varias personas pueden armarse con objetivos específicos, en algunos casos siendo estos grupos temporales y otras veces permanentes. El objetivo del trabajo en equipo es integrar capacidades, inteligencias, ideas y destrezas al servicio de una tarea o actividad, de modo tal que por el mismo hecho de compartir esa actividad los resultados se den de manera más rápida y sólida.
El trabajo en equipo supone siempre una dinámica especial, que puede variar de grupo a grupo y que es, en definitiva, lo que hace que ese conjunto de personas funcione o no. Así, lo que puede servir para un grupo de personas puede no ser útil para otro. El trabajo en equipo supone también que uno puede llegar a conocer más profundamente a sus compañeros, conociendo sus capacidades, sus limitaciones, su forma de pensar y de enfrentar diferentes situaciones, entre otros.
Esto se hace muy visible, por ejemplo, en los trabajos en equipo realizados en ámbitos empresariales o, incluso, en los que forman parte de distintos niveles en los cuales se requieren muchas áreas y grupos de personas a disposición. La importancia del trabajo en equipo tiene que ver entonces, con que el mismo se basa en ideas como la convivencia, la comprensión, la tolerancia, el respeto por el otro y el aprovechamiento grupal de ideas que individualmente quizás no rendirían de la misma manera.
Por otra parte, se puede decir que las personas que participan en un equipo tienen algunas de las siguientes características: Conocimiento de la razón de ser del equipo en el cual participan, que les permite mantener un marcado interés por lo que ocurre en la vida del equipo de trabajo, y siempre están prestos a contribuir al logro esperado. En toda organización, es preciso sostener y evidenciar un alto sentido de pertenencia no sólo al equipo, sino también a la organización porque todos deben estar claros en el conocimiento pleno, de lo que se espera de ellos en la gestión. De igual manera, la disposición a apoyar e integrar a otros miembros del equipo, cuando estos no desarrollan a plenitud sus compromisos, los márgenes de satisfacción se manifiestan, en la alegría sincera del triunfo de sus integrantes. Un elemento que, sin duda, es vital, lo constituye la solidaridad y la capacidad reflexiva para invitar a equipo a revisar y a asumir con responsabilidad los resultados obtenidos.
El hecho de ser gregarios nos obliga a trabajar con otras personas y, por tanto, casi no podríamos hablar de desventajas, más bien de situaciones en las cuales, es preciso aprender a sortear con el fin de lograr equipos de alto rendimiento y con motivación al logro. Estas, en la mayoría de los casos, tienen que ver con la conformación de equipos de trabajo, y el tener que conocer e interrelacionarse con otros, se convierte en ocasiones en fuente de conflicto para algunos de los integrantes. En ocasiones, puede diluirse la responsabilidad personal al tomar al equipo como escudo frente a los resultados negativos. Son factibles problemas en la comunicación que dificulta el avance del equipo; sin embargo, todas ellas pueden ser superadas en la sinergia de los equipos.
Así lectores, espero que estas notas nos inviten a reflexionar sobre la importancia que tiene para la organización el fortalecer nuestros equipos de trabajo, de tal manera que la gestión se oriente cada vez más al cumplimiento de los propósitos estratégicos de la organización y/o institución.
jemyrsch@gmail.com
La idea de trabajo en equipo, es una idea que existe desde el momento en que el ser humano comenzó a vivir en sociedades y requirió para ello la colaboración de todos los miembros de una comunidad. En la actualidad, el concepto está muy relacionado con las dinámicas de trabajo grupal de diferentes ámbitos y áreas como el laboral, el estudiantil, incluso, el familiar.
La importancia del trabajo en equipo surge, entonces, por el hecho de que se considera que mientras más personas se aboquen de manera comprometida en la realización de una actividad, mejores y más efectivos serán los resultados. Es muy común, encontrar la idea de trabajo en equipo especialmente en los ámbitos laborales, en los que grupos de varias personas pueden armarse con objetivos específicos, en algunos casos siendo estos grupos temporales y otras veces permanentes. El objetivo del trabajo en equipo es integrar capacidades, inteligencias, ideas y destrezas al servicio de una tarea o actividad, de modo tal que por el mismo hecho de compartir esa actividad los resultados se den de manera más rápida y sólida.
El trabajo en equipo supone siempre una dinámica especial, que puede variar de grupo a grupo y que es, en definitiva, lo que hace que ese conjunto de personas funcione o no. Así, lo que puede servir para un grupo de personas puede no ser útil para otro. El trabajo en equipo supone también que uno puede llegar a conocer más profundamente a sus compañeros, conociendo sus capacidades, sus limitaciones, su forma de pensar y de enfrentar diferentes situaciones, entre otros.
Esto se hace muy visible, por ejemplo, en los trabajos en equipo realizados en ámbitos empresariales o, incluso, en los que forman parte de distintos niveles en los cuales se requieren muchas áreas y grupos de personas a disposición. La importancia del trabajo en equipo tiene que ver entonces, con que el mismo se basa en ideas como la convivencia, la comprensión, la tolerancia, el respeto por el otro y el aprovechamiento grupal de ideas que individualmente quizás no rendirían de la misma manera.
Por otra parte, se puede decir que las personas que participan en un equipo tienen algunas de las siguientes características: Conocimiento de la razón de ser del equipo en el cual participan, que les permite mantener un marcado interés por lo que ocurre en la vida del equipo de trabajo, y siempre están prestos a contribuir al logro esperado. En toda organización, es preciso sostener y evidenciar un alto sentido de pertenencia no sólo al equipo, sino también a la organización porque todos deben estar claros en el conocimiento pleno, de lo que se espera de ellos en la gestión. De igual manera, la disposición a apoyar e integrar a otros miembros del equipo, cuando estos no desarrollan a plenitud sus compromisos, los márgenes de satisfacción se manifiestan, en la alegría sincera del triunfo de sus integrantes. Un elemento que, sin duda, es vital, lo constituye la solidaridad y la capacidad reflexiva para invitar a equipo a revisar y a asumir con responsabilidad los resultados obtenidos.
El hecho de ser gregarios nos obliga a trabajar con otras personas y, por tanto, casi no podríamos hablar de desventajas, más bien de situaciones en las cuales, es preciso aprender a sortear con el fin de lograr equipos de alto rendimiento y con motivación al logro. Estas, en la mayoría de los casos, tienen que ver con la conformación de equipos de trabajo, y el tener que conocer e interrelacionarse con otros, se convierte en ocasiones en fuente de conflicto para algunos de los integrantes. En ocasiones, puede diluirse la responsabilidad personal al tomar al equipo como escudo frente a los resultados negativos. Son factibles problemas en la comunicación que dificulta el avance del equipo; sin embargo, todas ellas pueden ser superadas en la sinergia de los equipos.
Así lectores, espero que estas notas nos inviten a reflexionar sobre la importancia que tiene para la organización el fortalecer nuestros equipos de trabajo, de tal manera que la gestión se oriente cada vez más al cumplimiento de los propósitos estratégicos de la organización y/o institución.
jemyrsch@gmail.com
domingo, 30 de septiembre de 2012
“AQUÍ Y AHORA” ¡Por amor y devoción a Cristo!
“AQUÍ Y AHORA”
Chirinos Eneida.
¡Por amor y devoción a Cristo!
PUBLICADO 31-03-2012. DIARIO ULTIMA HORA.
La Semana Santa, principal manifestación de la religión católica en el país, ha vivido muchas transformaciones desde los tiempos de la Colonia hasta la actualidad. Sólo en la memoria quedan los recuerdos de días cuando se guardaba silencio cerrado en las casas, se prohibían las fiestas y las peleas callejeras, se hacía obligatorio abstenerse de las “lujurias del placer de la carne animal y humana” y se practicaba el ayuno, limitándose sólo al consumo de pescado. Esta tradición católica fue introducida en Venezuela, como al resto del continente americano, por el proceso de colonización. Dicho proceso mantuvo como una de sus formas de dominación ideológica al cristianismo, el cual supuso un intento de doblegar las creencias de los pueblos originarios y también las de esclavos y esclavas provenientes de África, a la adoración de la imagen de un Dios todopoderoso (blanco, masculino, católico y europeo).
Anteriormente se celebraba la Cuaresma, período comprendido desde el miércoles de ceniza (luego de carnavales) hasta el domingo de ramos. Sin embargo, el acelerado crecimiento de la población venezolana y su incipiente urbanismo (siglo XX) motivó que la manifestación se acortara a una semana. Durante la misma se conmemoran los hechos históricos relacionados a la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. En Venezuela son muchas las expresiones populares que reviven estos acontecimientos: los Vía crucis, las procesiones y la Quema de Judas son algunas de las más generalizadas.
El domingo de ramos. Es el primer día de la semana santa, en este día se acostumbra a acudir a misa con ramitas de palma para que las mismas sean bendecidas durante la misa y los asistentes las lleven a sus casas, o bien les regalen a sus seres queridos o personas enfermas que no pueden acudir a misa. Las ramitas que quedan son usadas para ser incineradas el miércoles de ceniza del año siguiente, que es el primer día de la cuaresma. Esta costumbre tiene sus orígenes en la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, montado de un burrito, el pueblo lo aclamaba y colocaba a su paso en el suelo ramitas de palma y olivo para darle la bienvenida.
El lunes, martes y miércoles santos. Si bien estos días no tienen ninguna implicación especial actualmente en el festejo de semana santa, sí tienen una importancia histórica y religiosa. El lunes santo es el día en que Jesús al visitar el templo, se encuentra con que este ha sido convertido en mercado y envuelto en ira tira todos los puestos de los mercaderes. El martes santo, estando Jesús en la casa de su amigo Simón, el leproso, una mujer llamada María se acerca y le lava los pies con un costoso perfume secándolo con su largo cabello, despertando las críticas de los presentes, a lo que Jesús intercede defendiéndola. El miércoles santo, Jesús es traicionado y entregado por Judas, uno de sus discípulos, a cambio de 30 monedas de plata. A lo largo de todo el país se observan expresiones católicas relacionadas con la Semana Santa. En el estado Apure, por ejemplo, se encuentra el famosoNAZARENO DE ACHAGUAS, asociado a los acontecimientos de la guerra de Independencia y al general José Antonio Páez, quien en pago de promesa por la victoria obtenida ante las fuerzas españolas hostiles a la Gran Colombia, encomendó la construcción de esta imagen entregada a la Iglesia en el año 1835.
EL NAZARENO DE SAN PABLO es la tradición caraqueña de mayor renombre a nivel nacional. Localizado en la Iglesia Santa Teresa es una imagen con más de 300 años en la ciudad. A su alrededor se tejen muchas leyendas populares como la famosa historia del limonero. Hoy en día, cada miércoles santo, esta imagen es admirada por miles de católicos y católicas, quienes esperan por horas adentrarse a la iglesia a observar la imponente escultura del Nazareno de San Pablo, adornada por más de cinco mil orquídeas y una túnica de color morado.
El jueves santo: Lavado de pies y visita a los siete templos. En la misa del jueves santo se escogen a doce hombres adultos a los que el sacerdote les lava los pies, este ritual se realiza para recordar cuando Jesús les lavó los pies a los doce apóstoles en la última cena como símbolo de amor, humildad y servicio hacia ellos.Ese mismo día se acostumbra visitar siete templos en conmemoración a la peregrinación de Jesús, después de su aprensión en el huerto de olivos, en cada templo se realizan oraciones de perdón y agradecimiento. El número siete significa perfección, simbolizando que estamos dispuestos a seguir a Jesús a todas partes.
El viernes santo: Es el día en el que Jesús es sometido a un largo juicio, luego de ser apresado, donde se le coloca la corona de espinas y se le tortura obligándolo a cargar son su pesada cruz, hasta el lugar donde finalmente es crucificado y muere. El viernes santo, se acostumbra realizar el VÍA CRUCIS VIVIENTE en muchos lugares, donde se hace una procesión y personas cargan con la cruz recordando los sufrimientos de Jesús, haciendo paradas o estaciones en cada uno de los momentos donde aconteció algún evento durante su camino a la crucifixión. Este día los creyentes realizan un ayuno que consiste en no comer carne roja, como acto de abstinencia, sacrificio y arrepentimiento. Igualmente algunos vía crucis destacan por su tradición y majestuosidad, como los de Caripito, en el estado Monagas, Tostós, en la entidad trujillana y en el Municipio Araure. Desde 1985-1986 un grupo de jóvenes cristianos pertenecientes al grupo "ARAR" (Artistas Araureños), y ha sido catalogado por conocedores como uno de los diez mejores del país. Durante los cuatro días santos, feligreses y actores representan, con una fidelidad sorprendente, cada uno de los principales momentos de la Pasión de Cristo: Apresamiento y Entrega por Judas, Juicio ante Pilato, Vía Crucis, Crucifixión y Resurrección. En el Municipio Araure el Vía Crucis es la escenificación más concurrida, confundiéndose más de ochenta autores con feligreses y visitantes que vienen desde otras regiones del país a presenciar esta representación popular.
El sábado santo: la vigilia pascual. Es un día de luto, la gente permanece en sus casas en familia y se suele rezar el rosario para acompañar a María en su duelo. En este día se conmemora la vigilia pascual, Jesús yace en su sepulcro y muchos creen que todo ha terminado pero para los creyentes que creen en sus palabras es un momento de espera, de vigilia. A partir de las 6 p.m. se vela a la espera de que se cumpla lo prometido por Jesús, la resurrección, en símbolo de fe y esperanza. El domingo de pascua, la resurrección. En este día se festeja la y triunfo de Jesús sobre el mal, es el día más importante en el calendario cristiano, el período de reflexión y constricción llega a su fin para dar lugar a una nueva vida, es un día de fiesta y alabanza a Jesús.
“QUEMA DE JUDAS”: El Domingo de Resurrección se efectúa esta tradición en muchos caseríos y barrios del en toda Venezuela. Judas Iscariote se quema en una esquina de la Plazas, parques o en cualquier sitio de una urbanización o barrio, Los vecinos suelen hacer un muñeco de trapo del tamaño de un hombre, rellenándolo con cohetes y vistiéndolo con ropa vieja y múltiples accesorios, para luego incinerarlo en medio de gran algarabía y felicidad.Generalmente, al Judas se le coloca el nombre de alguna persona que se le considere enemigo de la comunidad o que no se haya comportado adecuadamente con los miembros de la misma. Además, es común que se lea un testamento, chispeante y jocoso que incluya los anhelos, logros y decepciones vividas por el poblado durante el último año. La quema de Judas simboliza la señal de repudio por haber traicionado a Jesús, Recordando que él no muere quemado según la historia, sino que se suicidó ahorcándose cuando se dio cuenta de lo que había hecho y se sintió arrepentido.
Aunque los días festivos de semana santa son aprovechados por muchos para hacer turismo y descansar, todavía son muchos los que aprovechan para acercarse a Dios y siguen la tradición de conmemorar la muerte y resurrección de Cristo. como la Escuela Bolivariana "Yolanda Rivera de Pieruzzini" que realiza el viernes de concilio el tradicional viacrucis viviente en la colectividad y el de la Escuela Ciudad de Araure quien con un acto colmado de sencillez, bondad y humildad está fortaleciendo la fe, Agradeciéndoles por segunda vez, permitirme compartir con esta comunidad esta experiencia llena de amor y devoción.¡Gracias! jemyrsch@gmail.com.
Dra. Chirinos Eneida.
C.I. 5.954.469
30-03-2012.
Contexto interpersonal y las… ¡Habilidades para la vida!
“Aquí y Ahora”
Chirinos Eneida.
Contexto interpersonal y las… ¡Habilidades para la vida!
PUBLICADO 24-09-2011 DIARIO ULTIMA HORA.
Todas las personas necesitamos crecer en un entorno socialmente estimulante pues el crecimiento personal, en todos los ámbitos, necesita de la posibilidad de compartir, de ser y estar con los demás (familia, amigos, compañeros de clase, colegas de trabajo, entre otros.). Baste recordar los esfuerzos que, tanto desde el ámbito educativo como desde el entorno laboral, se realizan para favorecer un clima de relación óptimo que permita a cada persona beneficiarse del contacto con los demás, propiciando así un mejor rendimiento personal, social, académico o profesional.
Es extensa la literatura que trata de conceptualizar y definir qué entiende la comunidad científica por el término de habilidades para la vida, encontrándose que aún no existe una aceptación universalmente consensuada de una conceptualización o definición. Lo que si es un consenso es su ámbito de intervención que es el aspecto socio afectivo de las personas. Este constructo ha tenido una evolución importante, desde términos como asertividad, habilidades sociales, competencia psicosocial, competencia social entre otras. Sin duda el más difundido es el de habilidades sociales, del cual se atribuye su origen a Salter, uno de los padres de la terapia de la conducta quien en su libro Conditioned Reflex Therapy (1949) describió seis técnicas para aumentar la expresividad de las personas las cuales eran las siguientes: la expresión verbal y facial de las emociones, el empleo deliberado de la primera persona al hablar, el estar de acuerdo cuando se reciben alabanzas, el expresar desacuerdo y la improvisación y actuación espontáneas. En relación al campo de intervención de las habilidades para la vida, los comienzos de la investigación provienen del campo de la terapia de la conducta y es a partir de los años 90 que recién se dirigió al campo educativo. Con la finalidad de conceptualizar el significado de habilidades para la vida, efectuamos previamente una sistematización de las definiciones y conceptualizaciones argumentadas por científicos, investigadores e instituciones especializadas en el tema. Las habilidades para la vida son destrezas para conducirse de cierta manera, de acuerdo con la motivación individual y el campo de acción que tenga la persona, dentro de sus posibilidades sociales y culturales. Son un eslabón o “puente” entre los factores motivadores del conocimiento, las actitudes y los valores, y el comportamiento o estilo de vida saludable. Todo esto conduce a pensar que son capacidades para adaptarse y ejecutar un comportamiento positivo, que permitan a los individuos afrontar las demandas y desafíos de la vida diaria. Estas habilidades son innumerables, y la naturaleza y la definición de ellas son probables de diferenciar a través de culturas y de contextos. Sin embargo, es necesario priorizar aquellas que influyan en el desarrollo y bienestar de los niños y los adolescentes, porque tienen la finalidad de promover el desarrollo de factores de protección comunes a diversos problemas psicosociales y que facilitan a los estudiantes la tarea de enfrentar con éxito las exigencias, demandas y desafíos de la vida diaria; Es preciso destacar el reconocimiento del rol de las competencias psicosociales tales como: la autoestima, la asertividad, las habilidades para la toma de decisiones, el pensamiento creativo crítico y reflexivo, el manejo de emociones y sentimientos, la comunicación efectiva y la autonomía moral.
En fin representan, el conjunto de habilidades que permiten a las personas actuar de manera competente y habilidosa en las distintas situaciones de la vida cotidiana y con su entorno, favoreciendo comportamientos saludables en las esferas física, psicológica y social. Tenemos por consiguiente que comprende tres categorías de habilidades: sociales, cognitivas y para el manejo de las emociones. En este caso, se abordarán las habilidades sociales como las destrezas sociales específicas requeridas para ejecutar competentemente una tarea de índole interpersonal. Implica un conjunto de conductas emitidas por un individuo en un contexto interpersonal que expresa los sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de ese individuo, de un modo adecuado a la situación, respetando esas conductas de los demás, y que generalmente resuelve los problemas inmediatos de la situación mientras minimiza la probabilidad de futuros problemas.
Así tenemos que, las habilidades sociales son aprendidas y facilitan la relación con los otros y la reivindicación de los propios derechos sin negar los derechos de los demás. El poseer estas habilidades evita también la ansiedad en situaciones difíciles o novedosas. Además facilitan la comunicación emocional y la resolución de problemas. Tener habilidades sociales significa; saber comportarse en el entorno en que vivimos y definir la forma en que nos comportamos y lo que decimos cuando estamos con los demás. Hay buenas maneras y malas maneras de hablarle a la gente y de comportarnos con las personas. Al aprender las habilidades sociales aprendemos las buenas maneras de hacerlo. En el aspecto académico, familiar y comunitario es fundamental denotar buenas relaciones interpersonales que beneficiaran a una buena salud mental y física. Estas habilidades sociales o interpersonales son la comunicación efectiva, la asertividad, las habilidades para negociación/rechazo, confianza, cooperación y empatía. La frase para este artículo "Cuenta conmigo". Un amigo es quien está allí cuando todos te fallan. La lealtad es el ingrediente esencial de la amistad verdadera; es el adhesivo emocional que afianza a las personas. Los que gozan de buenas y abundantes relaciones tienden a tener amigos constantes y verdaderos. Cuando se presentan problemas, un buen amigo está ahí diciéndote siempre incondicionalmente: "Cuenta conmigo". jemyrsch@gmail.com
Dra. Chirinos Eneida.
5.954.469. Araure, 11 de Septiembre de 2011.
¡Empatía! Entender y comprender a los demás… como a tí mismo.
“Aquí y Ahora”
Chirinos Eneida.
¡Empatía! Entender y comprender a los demás… como a tí mismo.
(PUBLICADO 13-08-2011 DIARIO ULTIMA HORA)
La empatía conforma uno de los elementos del dominio interpersonal claves de la inteligencia emocional, La empatía es el rasgo característico de las relaciones interpersonales exitosas, es la capacidad de entender los pensamientos y emociones ajenas, de ponerse en el lugar de los demás y compartir sus sentimientos. No es necesario pasar por las mismas vivencias y experiencias para entender mejor a los que nos rodean, sino ser capaces de captar los mensajes verbales y no verbales que la otra persona nos quiere transmitir, y de hacer que se sienta comprendida de manera única y especial. Esta maravillosa destreza innata y básica de la comunicación interpersonal, permite un entendimiento sólido entre dos personas, en consecuencia, la empatía es fundamental para comprender en profundidad el mensaje del otro y así establecer un diálogo. Esta habilidad de inferir los pensamientos y sentimientos de otros, genera sentimientos de simpatía, comprensión y ternura. Pero, ¿A qué nos referimos cuando hablamos de empatía? La empatía no es otra cosa que “la habilidad para estar conscientes de, reconocer, comprender y apreciar los sentimientos de los demás". En otras palabras, el ser empáticos es el ser capaces de “leer” emocionalmente a las personas.
Es sin duda una habilidad que, empleada con acierto, facilita el desenvolvimiento y progreso de todo tipo de relación entre dos o más personas. Así como la autoconciencia emocional es un elemento importantísimo en la potenciación de las habilidades intrapersonales de la inteligencia emocional, la empatía viene a ser algo así como nuestra conciencia social, pues a través de ella se pueden apreciar los sentimientos y necesidades de los demás, dando pie a la calidez emocional, el compromiso, el afecto y la sensibilidad. Si por un lado, un déficit en nuestra capacidad de autoconciencia emocional nos lleva a ser vistos como analfabetos emocionales (ignorantes del reconocimiento de las propias emociones), una insuficiencia en nuestra habilidad empática es el resultado de una sordera emocional, pues a partir de ello, no tardan en evidenciarse fallas en nuestra capacidad para interpretar adecuadamente las necesidades de los demás, aquéllas que subyacen a los sentimientos expresos de las personas.
Por consiguiente, la empatía es algo así como nuestro radar social, el cual nos permite navegar con acierto en el propio mar de nuestras relaciones. Si no le prestamos atención, con seguridad equivocaremos en rumbo y difícilmente arribaremos a buen puerto. Revisemos ahora con detenimiento en qué nos es útil. No es raro que se crea, comprender al otro sólo en base a lo que notamos superficialmente. Pero lo peor puede venir al confrontar su posición con la nuestra y no “ver” más allá de nuestra propia perspectiva y de lo aparentemente “evidente”. Debemos saber que nuestras relaciones se basan no sólo en contenidos manifiestos verbalmente, sino que existen muchísimos otros mecanismos llenos de significados, que siempre están ahí y de los que no siempre sabemos sacar partido. La postura, el tono o intensidad de voz, la mirada, un gesto e incluso el silencio mismo, todos son portadores de gran información, que siempre está a nuestra disposición, para ser descodificada y darle la interpretación apropiada. De hecho, no podemos leer las mentes, pero sí existen muchas sutiles señales, a veces “invisibles” en apariencia, las cuales debemos aprender a “leer”.
De ahí, tenemos que una persona empática puede ser descrita como un individuo habilidoso en leer las situaciones mientras tienen lugar, ajustándose a las mismas conforme éstas lo requieran; al saber que una situación no es estática, sacan provecho de la retroalimentación, toda vez que saben que el ignorar las distintas señales que reciben puede ser perjudicial en su relación. Es también alguien que cuenta con una buena capacidad de escucha, diestra en leer “pistas” no verbales; sabe cuando hablar y cuando no, todo lo cual le facilita el camino para regular de manera constructiva las emociones de los demás, beneficiando así sus relaciones interpersonales. El proceder con empatía no significa estar de acuerdo con el otro. No implica dejar de lado las propias convicciones y asumir como propias la del otro. Es más, se puede estar en completo desacuerdo con alguien, sin por ello dejar de ser empáticos y respetar su posición, aceptando como legítimas sus propias motivaciones.
Es preciso destacar que, a través de la lectura de las necesidades de los demás, podemos reajustar nuestro actuar y siempre que procedamos con sincero interés ello repercutirá en beneficio de nuestras relaciones personales. Pero ello es algo a lo que debemos estar atentos en todo momento, pues lo que funciona con una persona no funciona necesariamente con otra, o es más, lo que en un momento funciona con una persona puede no servir en otro con la misma. Mahatma Gandhi sostenía lo siguiente “las tres cuartas partes de las miserias y malos entendidos en el mundo terminarían si las personas se pusieran en los zapatos de sus adversarios y entendieran su punto de vista”; en coherencia con ello, él decidió no proceder con violencia en su propósito por lograr la independencia de su país, y contra todo pronóstico la “resistencia pacífica” que propulsó fue el arma decisiva en la consecución de la ansiada liberación de su patria, la India. Ciertamente no tenemos que ser como Gandhi para darnos cuenta que existen sutiles “armas” que podemos usar en beneficio propio y de los demás, que no son para destruir sino para hacer florecer relaciones provechosas en aras de nuestro crecimiento como seres humanos. jemyrsch@gmail.com jemyrsch@hotmail.com
Dra. Chirinos Eneida.
5.954.469. Araure, 10 de Agosto de 2011.
viernes, 28 de septiembre de 2012
PUBLICACIÓN COLUMNA AQUÍ Y AHORA. DIARIO "ULTIMA HORA" 28-09-2012
¡Trabajando en equipo! superando las dificultades...
27/09/2012 | 5:19 PM
(ENEIDA CHIRINOS) El ser humano es por naturaleza un ser gregario, significa esto que permanentemente está buscando grupos con los cuales referenciarse por diferentes motivos, sean familiares, religiosos, sociales, por empatías académicas, organizacionales o de cualquier otro tipo. Todos los integrantes de un grupo humano buscan alcanzar un propósito cuando se reúnen; en este sentido, el trabajo en equipo está siempre asociado a la razón por la cual ha sido creado el equipo y la búsqueda constante de contar con las personas indicadas para obtener los resultados esperados. La importancia del trabajo en equipo se fundamenta, entonces, en aspectos claves que tienen que ver con:
Los ROLES de los participantes, se refiere esto a los conocimientos, experiencia, pericia o habilidades de los integrantes el equipo; en este sentido, se valora la importancia de la complementariedad por cuanto cada integrante hace un aporte diferente que permite la consecución de los resultados esperados.
La COMUNICACIÓN, es un factor definitivo que permite mantener enterados a todos los integrantes del equipo de lo que ocurre y establecer un clima organizacional adecuado, por cuanto permite que se expresen los acuerdos y desacuerdos en la gestión que se realiza.
El LIDERAZGO, es el aspecto que permite motivar y animar a los integrantes al tener claridad en las metas que se persiguen. Los líderes son aquellos que visualizan el objetivo y trasmiten a todos el impulso requerido, para que el desempeño no decaiga sino que por el contrario se incremente.
La COMPENSACIÓN, cada integrante debe percibir que recibe, no sólo en el aspecto económico, el reconocimiento que merece, en muchas ocasiones el ritmo del equipo puede disminuir si no siente que recibe felicitaciones, bonificaciones o triunfos que les permite fortalecer su compromiso con el equipo.
El COMPROMISO, una vez que los integrantes del equipo establecen vínculos con los demás integrantes, y que se identifican con los propósitos para los cuales está creado el grupo, se genera el sentido de pertenencia que hace del compromiso una característica que cohesiona mucho más a los miembros del equipo.
Por otra parte, es importante considerar que tener metas claras y compartidas es el mejor aliciente para que el equipo trabaje de modo conjunto, armónico y decidido. En ocasiones, los integrantes de los equipos de trabajo comienzan a perder el sentido de la tarea que realizan, y la comprensión del impacto que ofrece su trabajo queda reducida a metas de corto plazo, tareas puntuales y esfuerzos que no se valoran suficientemente por parte de los responsables del equipo.
Promover el trabajo en equipo, implica desarrollar estrategias de motivación que involucren la participación de todos los integrantes, que cada integrante perciba que su contribución es necesaria y requerida para el logro de los objetivos. Una manera de promover el trabajo en equipo, tiene que ver con los indicadores de gestión que se han definido para el equipo, es conveniente que todos los conozcan y revisen los resultados, es una manera de crear retos colectivos y que implica un esfuerzo por mejorar cada vez más el tablero de resultados. El tema de la formación de los equipos de trabajo inicia desde el mismo proceso de selección, por lo tanto, es importante definir las competencias del cargo y las funciones que desempeñará cada funcionario.
El trabajo en equipo es fundamental en nuestra sociedad, somos seres individuales, pero difícilmente podríamos sobrevivir y crear grandes cosas solos; necesitamos de los demás para crear una sociedad en la que podamos vivir y sacar lo mejor de nosotros mismos. El trabajo en equipo es una inversión de futuro, un pilar fundamental del progreso social y del desarrollo humano, tanto personal, como académico o profesional. El grupo ejerce una poderosa influencia sobre el individuo, contribuyendo al crecimiento y desarrollo de su propia identidad. Las relaciones humanas necesitan de tolerancia, respeto, confianza, apoyo mutuo y aceptación de los demás; asimismo, también es de suma importancia las diferencias entre los miembros del grupo, que ayudan a enriquecerlo y a hacerlo mucho más productivo. En el equipo todos y cada uno de sus miembros, son importantes y si contamos con los estímulos necesarios descubriremos que tienen mucho que aportar. Si bien es cierto que no todo el mundo encaja en todos los grupos, el reto está en encontrar la sinergia perfecta. jemyrsch@gmail.com
Los ROLES de los participantes, se refiere esto a los conocimientos, experiencia, pericia o habilidades de los integrantes el equipo; en este sentido, se valora la importancia de la complementariedad por cuanto cada integrante hace un aporte diferente que permite la consecución de los resultados esperados.
La COMUNICACIÓN, es un factor definitivo que permite mantener enterados a todos los integrantes del equipo de lo que ocurre y establecer un clima organizacional adecuado, por cuanto permite que se expresen los acuerdos y desacuerdos en la gestión que se realiza.
El LIDERAZGO, es el aspecto que permite motivar y animar a los integrantes al tener claridad en las metas que se persiguen. Los líderes son aquellos que visualizan el objetivo y trasmiten a todos el impulso requerido, para que el desempeño no decaiga sino que por el contrario se incremente.
La COMPENSACIÓN, cada integrante debe percibir que recibe, no sólo en el aspecto económico, el reconocimiento que merece, en muchas ocasiones el ritmo del equipo puede disminuir si no siente que recibe felicitaciones, bonificaciones o triunfos que les permite fortalecer su compromiso con el equipo.
El COMPROMISO, una vez que los integrantes del equipo establecen vínculos con los demás integrantes, y que se identifican con los propósitos para los cuales está creado el grupo, se genera el sentido de pertenencia que hace del compromiso una característica que cohesiona mucho más a los miembros del equipo.
Por otra parte, es importante considerar que tener metas claras y compartidas es el mejor aliciente para que el equipo trabaje de modo conjunto, armónico y decidido. En ocasiones, los integrantes de los equipos de trabajo comienzan a perder el sentido de la tarea que realizan, y la comprensión del impacto que ofrece su trabajo queda reducida a metas de corto plazo, tareas puntuales y esfuerzos que no se valoran suficientemente por parte de los responsables del equipo.
Promover el trabajo en equipo, implica desarrollar estrategias de motivación que involucren la participación de todos los integrantes, que cada integrante perciba que su contribución es necesaria y requerida para el logro de los objetivos. Una manera de promover el trabajo en equipo, tiene que ver con los indicadores de gestión que se han definido para el equipo, es conveniente que todos los conozcan y revisen los resultados, es una manera de crear retos colectivos y que implica un esfuerzo por mejorar cada vez más el tablero de resultados. El tema de la formación de los equipos de trabajo inicia desde el mismo proceso de selección, por lo tanto, es importante definir las competencias del cargo y las funciones que desempeñará cada funcionario.
El trabajo en equipo es fundamental en nuestra sociedad, somos seres individuales, pero difícilmente podríamos sobrevivir y crear grandes cosas solos; necesitamos de los demás para crear una sociedad en la que podamos vivir y sacar lo mejor de nosotros mismos. El trabajo en equipo es una inversión de futuro, un pilar fundamental del progreso social y del desarrollo humano, tanto personal, como académico o profesional. El grupo ejerce una poderosa influencia sobre el individuo, contribuyendo al crecimiento y desarrollo de su propia identidad. Las relaciones humanas necesitan de tolerancia, respeto, confianza, apoyo mutuo y aceptación de los demás; asimismo, también es de suma importancia las diferencias entre los miembros del grupo, que ayudan a enriquecerlo y a hacerlo mucho más productivo. En el equipo todos y cada uno de sus miembros, son importantes y si contamos con los estímulos necesarios descubriremos que tienen mucho que aportar. Si bien es cierto que no todo el mundo encaja en todos los grupos, el reto está en encontrar la sinergia perfecta. jemyrsch@gmail.com
jueves, 20 de septiembre de 2012
PUBLICACIÓN COLUMNA "AQUÍ Y AHORA" 19/09/2012. Ultima Hora Digital
Perseverancia y voluntad... ¡ánimo, no te detengas!
18/09/2012 | 7:18 PM
(CHIRINOS ENEIDA) El comportamiento humano es un campo inmenso de estudio, en donde la voluntad se puede definir como la capacitad que tiene toda persona, para a realizar cosas de manera espontánea y consciente, superando inconvenientes, dificultades, acciones y actitudes negativas, inclusive muchas veces en contra de sus propias condiciones de ánimo.
El fundamento de la perseverancia está en la fuerza de voluntad. La perseverancia o persistencia es esencial en cualquier plan o proyecto que se quiera llevar a cabo; si no hay persistencia y dedicación en lo que se quiere, no se puede llegar a la meta deseada ya que será muy fácil que la persona cambie de objetivo constantemente. La falta de perseverancia es una de las mayores causas del fracaso.
Cuando la perseverancia, el deseo y la fuerza de voluntad se combinan de una manera adecuada, traen resultados positivos. Una de las características de la Voluntad Positiva es la cualidad de la Persistencia, esa cualidad que se traduce en decisión, firmeza y constancia para la persecución y realización de una meta comenzada o por emprender. Perseverancia frente a obstáculos y desalientos; decisión y determinación frente a la oposición y lucha. La voluntad se adhiere íntimamente a la tarea, se mantiene y permanece impávida hasta la obtención del triunfo. El éxito en muchos casos depende de la capacidad desarrollada para obtenerlo. Algunas personas, a las primeras señales negativas que ven en el camino, tienden a tirarlo todo, a darse por vencidas y a echarlo todo por la borda; por el contrario, hay otras que se afianzan a su objetivo, no importándoles los obstáculos ni los contratiempos, hasta alcanzar su meta.
Tenemos que admitir que resulta evidente la falta de voluntad en el trabajo, cuando de manera intencional retrasamos alguna tarea importante para la organización; cuando de acuerdo a nuestra conveniencia priorizamos las mismas por su volumen, contenido o complejidad, haciendo primero las que consideramos menos complicadas, en lugar de realizar las que tienen carácter de urgencia o las más relevantes. En algunos casos, la selección de las tareas obedece a lo que consideramos prioridad, pero sin contar con elementos que verdaderamente lo puedan sustentar y que tengan en cuenta un trabajo en equipo de calidad. Una actitud mental positiva, nos lleva a alimentar de manera provechosa la voluntad, contribuyendo a que alcancemos resultados positivos y significativos en nuestro trabajo diario.
Ser eficaces en nuestros proyectos, nos lleva a desarrollar la potencialidad interior que todos tenemos y nos dirige a trabajar con diligencia, aplicando de una manera inteligente métodos efectivos. Creer que somos capaces, nos encamina a desarrollar los objetivos propuestos. Con voluntad se logran superar los obstáculos para alcanzar las metas, y para todo lo anterior es indispensable que trabajemos con tenacidad.
Dentro de las actitudes positivas más importantes en el trabajo, está la alegría, la que conduce a una mayor realización de las tareas habituales. Amar lo que hacemos, no importa el tamaño, ni su importancia, es otro de los factores que marcan una significativa diferencia en los resultados. Trabajar con voluntad férrea y con fe firme en Dios, nos lleva a resultados posibles que, a simple vista, nos parecerán imposibles de alcanzar. Resulta muy satisfactorio trabajar y convivir con personas de buena voluntad; ser de buena voluntad no implica complacencia hasta convertir nuestras acciones en servilismo, sino servir al que lo requiera con sencillez y sensatez oportuna y con agrado.
Cuando no existe voluntad, aparecen síntomas como la inconstancia, falta de interés y carácter, nos hacemos irresponsables. Lo importante para mantener una buena voluntad hacia el trabajo, es la lucha permanente por perfeccionar nuestras labores diarias y cumplir con ellas, es ir cada día aumentando la capacidad de realizar grandes esfuerzos, por períodos de tiempo más extensos, sin descuidar nuestro descanso, que es fundamental para conservar una buena salud laboral. El conocer nuestras responsabilidades, tener conocimiento del trabajo que desarrollamos y la intención de hacerlo bien, no es suficiente; la voluntad se demuestra con hechos concretos, es decir, haciendo lo que nos hemos propuesto; la voluntad se refuerza con pequeñas cosas, que juntas hacen un conjunto de cosas grandes, ya que siempre los grandes sacrificios en las labores que realizamos se convierten, en un tiempo no muy lejano, en grandes logros.
Para mantener una buena voluntad hacia el trabajo, es necesario cultivar los valores humanos, la moral y los buenos hábitos y costumbre. La constancia es una cualidad de los triunfadores, ya que en la actualidad, las personas exitosas son las que han logrado superar dificultades, tratando siempre de aprender cosas nuevas, escuchando a los demás, procurando ser innovadores y aprendiendo de sus errores, ya que todo lo anterior contribuye a que puedan desempeñar mejor su trabajo. jemyrsch@gmail.com
El fundamento de la perseverancia está en la fuerza de voluntad. La perseverancia o persistencia es esencial en cualquier plan o proyecto que se quiera llevar a cabo; si no hay persistencia y dedicación en lo que se quiere, no se puede llegar a la meta deseada ya que será muy fácil que la persona cambie de objetivo constantemente. La falta de perseverancia es una de las mayores causas del fracaso.
Cuando la perseverancia, el deseo y la fuerza de voluntad se combinan de una manera adecuada, traen resultados positivos. Una de las características de la Voluntad Positiva es la cualidad de la Persistencia, esa cualidad que se traduce en decisión, firmeza y constancia para la persecución y realización de una meta comenzada o por emprender. Perseverancia frente a obstáculos y desalientos; decisión y determinación frente a la oposición y lucha. La voluntad se adhiere íntimamente a la tarea, se mantiene y permanece impávida hasta la obtención del triunfo. El éxito en muchos casos depende de la capacidad desarrollada para obtenerlo. Algunas personas, a las primeras señales negativas que ven en el camino, tienden a tirarlo todo, a darse por vencidas y a echarlo todo por la borda; por el contrario, hay otras que se afianzan a su objetivo, no importándoles los obstáculos ni los contratiempos, hasta alcanzar su meta.
Tenemos que admitir que resulta evidente la falta de voluntad en el trabajo, cuando de manera intencional retrasamos alguna tarea importante para la organización; cuando de acuerdo a nuestra conveniencia priorizamos las mismas por su volumen, contenido o complejidad, haciendo primero las que consideramos menos complicadas, en lugar de realizar las que tienen carácter de urgencia o las más relevantes. En algunos casos, la selección de las tareas obedece a lo que consideramos prioridad, pero sin contar con elementos que verdaderamente lo puedan sustentar y que tengan en cuenta un trabajo en equipo de calidad. Una actitud mental positiva, nos lleva a alimentar de manera provechosa la voluntad, contribuyendo a que alcancemos resultados positivos y significativos en nuestro trabajo diario.
Ser eficaces en nuestros proyectos, nos lleva a desarrollar la potencialidad interior que todos tenemos y nos dirige a trabajar con diligencia, aplicando de una manera inteligente métodos efectivos. Creer que somos capaces, nos encamina a desarrollar los objetivos propuestos. Con voluntad se logran superar los obstáculos para alcanzar las metas, y para todo lo anterior es indispensable que trabajemos con tenacidad.
Dentro de las actitudes positivas más importantes en el trabajo, está la alegría, la que conduce a una mayor realización de las tareas habituales. Amar lo que hacemos, no importa el tamaño, ni su importancia, es otro de los factores que marcan una significativa diferencia en los resultados. Trabajar con voluntad férrea y con fe firme en Dios, nos lleva a resultados posibles que, a simple vista, nos parecerán imposibles de alcanzar. Resulta muy satisfactorio trabajar y convivir con personas de buena voluntad; ser de buena voluntad no implica complacencia hasta convertir nuestras acciones en servilismo, sino servir al que lo requiera con sencillez y sensatez oportuna y con agrado.
Cuando no existe voluntad, aparecen síntomas como la inconstancia, falta de interés y carácter, nos hacemos irresponsables. Lo importante para mantener una buena voluntad hacia el trabajo, es la lucha permanente por perfeccionar nuestras labores diarias y cumplir con ellas, es ir cada día aumentando la capacidad de realizar grandes esfuerzos, por períodos de tiempo más extensos, sin descuidar nuestro descanso, que es fundamental para conservar una buena salud laboral. El conocer nuestras responsabilidades, tener conocimiento del trabajo que desarrollamos y la intención de hacerlo bien, no es suficiente; la voluntad se demuestra con hechos concretos, es decir, haciendo lo que nos hemos propuesto; la voluntad se refuerza con pequeñas cosas, que juntas hacen un conjunto de cosas grandes, ya que siempre los grandes sacrificios en las labores que realizamos se convierten, en un tiempo no muy lejano, en grandes logros.
Para mantener una buena voluntad hacia el trabajo, es necesario cultivar los valores humanos, la moral y los buenos hábitos y costumbre. La constancia es una cualidad de los triunfadores, ya que en la actualidad, las personas exitosas son las que han logrado superar dificultades, tratando siempre de aprender cosas nuevas, escuchando a los demás, procurando ser innovadores y aprendiendo de sus errores, ya que todo lo anterior contribuye a que puedan desempeñar mejor su trabajo. jemyrsch@gmail.com
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